Sr Andrés Cros
Alcalde de Monroyo
Sr Andrés:
Ante la carta que habéis enviado denegando vuestro
permiso para buscar y exhumar la fosa, ya famosa por culpa vuestra, iba
a redactar una respuesta oficial, pero me parece mejor enviarte esta
sencilla nota en plan amigo.
Como ya he hablado muchas veces contigo, y ya conoces
mi historia, te diré en primer lugar, que nunca me he encontrado con un
caso semejante; siempre he encontrado personas de los ayuntamientos que
han confiado en los especialistas y no han puesto las condiciones que
vosotros; más bien nos han ayudado hasta personalmente en las
exhumaciones.
Dada la situación de aquella época de la posguerra, y
la falta de documentos, no es fácil dar con la situación exacta de una
fosa, y tú lo puedes saber, pero sí más o menos, y los especialistas, en
los que hemos de confiar, tienen sus técnicas.
El cementerio en el que hemos de hacer la exhumación
hace tiempo que no se usa; no entiendo los problemas que debéis imaginar
se pueden producir si encontramos otros restos; de ello también hablamos
hace tiempo. Me parece que vosotros estáis politizando un asunto que es
lo más sencillo del mundo, no entiendo qué ideas tenéis en la cabeza
para, después de hablar tanto por teléfono sobre el tema y vosotros
dejar pasar tanto tiempo sin hacer ni caso, nos enviais vuestra negativa
apoyados en un argumento tan débil y tan sin sentido.
Me cuesta mucho creer que entre vuestra familia haya
algún represaliado o algún desaparecido, pues si fuera así vuestra
postura sería diferente.
No entiendo que desde el año 2002 ó 2003 que estamos
hablando y solicitando vuestra ayuda, sólo hayamos obtenido trabas y
frenos y al cabo de los años os dignéis enviar esta carta denegando el
permiso porque vosotros mandáis más que nadie.
Supongo que debéis saber qué ha pasado en ese
ayuntamiento, cómo se llevó a cabo un entierro de un grupo de personas
fusiladas en una cuneta y lo hagan sin dejar documento alguno o si lo
dejaron que hayan desaparecido también los documentos, o si no ha
desparecido (ya desconfío de todo) que no os dignéis entregarlo a las
familias que llevan muchos años buscando.
Casos como éste que nos ocupa hay muchos por
desgracia en toda la geografía de España, muchos, y en niguno han puesto
los impedimentos que vosotros habéis puesto y seguís poniendo, que yo
sepa. Supongo que os dais cuenta que son casos de justicia y de
humanismo. Supongo que os dais cuenta que han pasado muchos años y que
muchos familiares que esperan el reencuentro de los restos de su
familiar para darle digna sepultura según sus creencias son personas muy
mayores y día que pasa, día que se acercan a que mueran sin cumplir su
sueño. Supongo que sabéis que Marina, que fue la primera persona que
estaba ilusionada con la recuperación de su madre (siempre tendremos la
duda de si está o no en la fosa hasta que se lleve a cabo la exhumación
e identificación, y en caso negativo seguiremos buscando) ya no podrá
poner la lápida que tiene preparada ni enterarse de lo que pasa porque
el alzhéimer no le dejará; la culpa es vuestra; sí hubiera participado y
podría morir tranquila habiendo cumplido su sueño, si vosotros hubierais
colaborado como es justo, desde el primer momento.
¿Qué pasa si cuando se buscan unos restos de hace ya
tantos años se encuentran otros que no son los que buscamos? Pues no
pasa nada; simplemente se tratan con el mismo respeto que tratas a los
tuyos y los depositas en un lugar concreto donde los puedan encontrar
sus familiares si un día los buscan.
A todo esto, os he de decir que, a finales de este
mes se acaba el plazo de presentación de solicitudes de subvenciones
para este proyecto en el Ministerio de la Presidencia. En ella hemos de
poner la fecha aproximada de inicio de las obras de la exhumación; si se
acaba el plazo, supongo que vosotros correréis con los muchos gastos que
todas esta actividades conlleva.
Es mucho lo que te seguiría diciendo, porque me
siento injustamente tratado por vosotros e impotente ante vuestra
actuación; más que yo, que es lo de menos, siendo injustamente tratadas
las víctimas desaparecidas que buscamos y sus familias.
Espero que el Justicia de Aragón intervenga en este
asunto y que os haga reflexionar, e igualmente el Presidente en
funciones de la Diputación de Teruel, a quienes he hecho llegar vuestra
carta y un escrito explicativo.
Sólo hay una cosa que me hará despedirme con la mejor
armonía, será que deis vuestro permiso a la mayor brevedad; mientras,
sólo deciros que dejéis vuestro cargo a personas que entiendan que están
al servicio de quienes más los necesitan.
Adolfo Pastor
Desaparecidos
La Gavilla Verde
|