JUAN RUEDA PEROSANZ 

I. Identidad de la persona objeto de una desaparición forzada o involuntaria.

  1. Apellido: Rueda Perosanz

  2. Nombre: Juan

  3. Sexo: Masculino

  4. Fecha de nacimiento o edad en el momento de la desaparición: Nacido en Oviedo el 21 de Noviembre de 1913. Herido en combate, le dio cangrena en un brazo y murió. Fue enterrado en el cementerio de Ceares, pero su tumba desapareció posteriormente

  5. Nacionalidad(es): española

  6. Estado civil: soltero

  7. Documento de identidad: Nº: ----

  8. Profesión: no conocida

  9. Domicilio habitual: estación de Soto de Ribera hasta 1934. Posteriormente, en Oviedo, calle de la Argañosa, número 26.

  10. Actividades (sindicales, políticas, religiosas, humanitarias o de solidaridad, periodísticas, etc.): miembro de la Juventud comunista. Participó en varias movilizaciones para defender la República

II. Fecha de la desaparición:

  1. Año, mes, día y hora en que la persona fue detenida o secuestra:

  2. Año, mes, día y hora en que la persona desaparecida fue vista por última vez:

  3. Otros detalles relacionados con la fecha de la desaparición: En este caso lo que desapareció fue su tumba. La fecha de su muerte se desconoce con precisión, fue alrededor de Octubre-Noviembre de 1936

III. Lugar de la desaparición : (Sírvase indicar, con la mayor precisión posible, el país, la provincia o el departamento, la localidad, el sitio, etc. y si coinciden con el domicilio personal).

  1. Lugar en que la persona desaparecida fue detenida o secuestrada:

  2. Lugar en que la persona desaparecida fue vista por última vez:

  3. Si después de la desaparición se hubieran tenido noticias de que la persona estaba detenida, sírvase indicar, de ser posible, los lugares (oficiales o no) y el período de detención, así como las fuentes de la información, en particular, los testigos que puedan haber visto a la persona desaparecida en cautiverio.
    (¿Desea usted que se guarde reserva sobre la identidad de los testigos o sobre las fuentes de la información?)

  4. Otros detalles relacionados con el lugar de la desaparición: adjunto carta escrita por su hermano Alejandro Rueda Perosanz, donde se describen más detalles, así como un par de fotos del cementerio de Ceares de los lugares donde podría estar enterrado

Datos de la persona que proporciona la presente información.

Apellido: Rueda López

Nombre: Silvia

Nacionalidad(es): Española - Francesa

Relación con la persona desaparecida: Nieta de su hermano. Oxford, United Kingdom

Dirección correo electrónico: purpurrote@yahoo.es

Persona que proporciona los datos que aquí se describen:
Alejandro Rueda Perosanz
Hermano de la persona desaparecida.
Valencia, España

Moncada, 12 de Mayo de 2010

Juan Rueda Perosanz

Nacido en Oviedo el 21 de Noviembre de 1913.

Estaba soltero.

En cuanto a profesión, no puedo precisar. Sólo recuerdo que se desplazaba a Oviedo a trabajar (desde Soto de Ribera, ya que era su domicilio. Con la familia.). Precisando: la estación de ferrocarril era nuestro domicilio.

En lo que se refiere a actividades, puedo afirmar que pertenecía a la organización de la Juventud Comunista. Recuerdo que de vez en cuando me explicaba “cosas” para cuando yo fuera mayor, como decía él. Una de esas “cosas” se me quedaron en la memoria. “Jandro”, me decía, “lo que queremos Eugenio, nuestros amigos y yo es que tú y los que sois como tú hoy, viváis muy bien cuando seáis mayores”.

En la cantina que teníamos en la estación de ferrocarril (mi padre era el jefe de estación de Soto de Ribera), no se bebía solamente sino que también se hablaba mucho de todo y en particular de política. 1933 fue muy agitado y mi hermano Juanito participaba en manifestaciones en Oviedo y varios pueblos mineros. Algunas fueron muy violentas. De una de ellas, en Oviedo, mi hermano nos enseñó en casa las “marcas” que la policía le había dejado en la espalda. Llegó el año 1934 y la situación empeoró, “desembocando” en la huelga general del 5 de Octubre, que en Asturias, la violencia llegó a caracterizarse por las armas. Durante dos semanas, a mis hermanos Juanito y Eugenio fue raro verlos en casa. La intervención militar con tropas llegadas de Marruecos y desembarcadas en la costa asturiana, terminó con la “huelga” y aplastaron la revolución. Después, la represión salvaje y detenciones, torturas, y la cárcel. Mi hermano tuvo la suerte de no ser detenido. No fue así con mi hermano Eugenio y mi padre.

Después, acercándose la “mili”, mi hermano Juanito participó en un entrenamiento militar antes de que fuera llamado para hacer el servicio. Parece ser que el cursillo permitía disfrutar de algunas ventajas.

La victoria del Frente Popular el 16 de febrero de 1936 hace nacer la esperanza de la libertad. Esto sólo duró apenas 6 meses. El “golpe” del coronel Aranda contra la República en julio sembró de nuevo la lucha armada, la represión y la matanza. En Oviedo se llamó oficialmente a defender Madrid. Se formó un tren para trasladar los movilizados a Madrid. Juanito estaba en ese tren porque se lo permitía la edad. Pero mi otro hermano, Eugenio, no lo permitieron porque no tenía la edad.

El tren con los movilizados no llegó a León. Así conservo lo que había oído. Aranda y la falange consiguieron quitarse de encima la fuerza que representaba los que iban en el tren y poder ser superiores a los voluntarios que quedaron.

Como fue imposible llegar a Madrid, había que regresar e incorporarse rápidamente a la lucha para recuperar Oviedo. Precisamente, mi hermano Juanito fue herido en un brazo por dos balas explosivas. Le trasladaron a un hospital de Mieres, pero debido a la lentitud provocó cangrena, que desbordando el hombro hizo imposible salvarle. Esta fue una versión. La otra es que le dejaron morir. Digo esto porque llegué a oírlo de los comentarios que no olvidaré.

El cuerpo de mi hermano Juanito fue traído a Gijón, ya que mi madre, mis hermanas y yo habíamos sido acogidos por mis tíos cuando nos fugamos de Oviedo.

El entierro fue muy asistido. Fue enterrado en el cementerio de Ceares. De la fecha no puedo, no consigo precisarlo. ¿Octubre … Noviembre de 1936? La tumba fue situada en la parte más alta del cementerio y cerca de la entrada principal. Aquella zona estaba dedicada a los milicianos que perdían la vida defendiendo a la República. Recuerdo muy bien la tumba: era muy grande, de mármol rojo con los datos clásicos y la hoz y el martillo. La que estaba detrás era más alta, creo que era de mármol blanco. Encima había el “mundo” rodeado por una cadena que un águila tenía cogida. Yo pregunté qué quería decir y un abuelo me dijo: “debajo hay otro joven que era como tu hermano y que murió por lo mismo.” Luego me explicó el significado de aquella tumba.

Pasaron muchos años y que la guerra mundial terminara y yo me encontraba en Francia y casado. La dictadura franquista seguía, pero mi mujer y yo decidimos ir a Gijón con doble objetivo: visitar a mis tíos y también ir al cementerio a poner un ramo de flores a mi hermano Juanito, a sabiendas de que aquel espacio de tierra ya no guardaría a los héroes milicianos, defensores de la República. Mis tíos intentaron convencernos de no ir, pues pensaban que podía pasarnos algo, y que la zona donde fue enterrado era peligrosa. No obstante, fuimos. Pasamos por delante de las oficinas sin pararnos. Al entrar en la zona y dar los primeros pasos, creí que me había equivocado. Apareció una imagen de tumbas de lujo.

Entonces fuimos a la oficina para informarnos. Les dije en qué lugar había sido enterrado mi hermano y también, claro, los nombres de él y míos. La fecha no la recuerdo, pero le indicaba varios meses. Hablaban en un tono difícil de entender. Había una cierta actitud diciéndonos que ellos no sabían nada y que habían ocurrido problemas, que el nombre no aparecía. Con mucha precaución, nos indicaron que no insistiéramos.

Varios años después, también bajo la dictadura, volvimos. Nos encontramos que los tíos habían fallecido. En cuanto al cementerio, uno de los empleados fue mucho más amable y tranquilo. Buscó, según él, desde Agosto hasta Noviembre sin “aparecer” rastro alguno de mi hermano. Dicho esto, el empleado nos indicó de tratar de encontrar algunas de las personas que habían logrado hacer varias tumbas de fosas comunes. No conseguimos más. Nos dirigimos hacia las tumbas. No muy lejos de donde estaban los nuestros, o mejor dicho, donde habían estado. Aquí adjuntamos dos fotografías de las tumbas.

Posteriormente, hablando con amigos de Soto de Ribera (mi lugar de nacimiento) decían que la construcción de las tumbas de la fosa común, fue gracias, a pesar de la represión, castigos y cárcel, al grupo de mujeres que, caracterizadas por el sacrificio y la solidaridad, consiguieron realizar unas tumbas que hablan de lo que representan.

¿Estarán los restos de mi querido hermano?.

Un saludo muy afectuoso a todo vuestro equipo.

Alejandro Rueda Perosanz