Me molestan las reinas
y ladies and gentlemen
fieles a sus intereses.

Los fiscales y jueces
que no meten la pata,
meten las manos.

Y no puede mi alma
con quienes pesan,
miden y calculan.

Quienes hablan,
fría y metálica,
metódicamente.

Sin salirse un pelo
ni pasarse un gramo
de la ley de Dios.

No aguanto al pavo
de las alcobas
ni al chulo de barrio.

No puedo con la pulga
ni la garrapata
de las poltronas.

Con los milicos
y los apolíticos
salva-patrias

Proxenetas y matones
que ocultan la cara
sin nada en las manos.

Ratas que temen al ratón,
tábanos que temen al mulo,
avispas que temen la flor.

No puedo con los hartos,
represores reprimidos,
necios e impotentes.

No puedo con el necio
y la guapa de la Jet,
los dioses de la nada.

Los tecno-burócratas,
los siervos del poder
sin sangre ni alma.

Seguros de sí mismos,
de sus seguros vitalicios
y sus salarios blindados.

No puedo con los cerdos,
ni los cuervos hipócritas
disfrazados de pingüinos.

“Señorías” e “Ilustrísimas”
“Excelencias” “Eminencias”
y demás “Excremencias”.

Y como tú.

No puedo con los sapos
grisáceos de piel húmeda,
los ojos de fina aguja fría,
inexpresivos y muertos..