El realizador Joseph Gordillo trata de reconstruir la
vida de su abuelo, un maquis asesinado por la guardia civil en 1946 y,
como muchos otros, apresurada y clandestinamente enterrado en una fosa
común frente a la pared del cementerio.
Gordillo le pide a su padre, que emigró a Francia
tras la muerte del abuelo de Gordillo, la exhumación del cuerpo para
poder proceder a su rehabilitación y, al mismo tiempo, subrayar su valor
simbólico con respecto a todos los que, durante la Guerra Civil y la
posguerra fueron borrados de la memoria colectiva de España.
La exhumación no se limita a ser un acto privado. Al
contrario, convulsiona la localidad y se convierte gradualmente en una
investigación colectiva: los ancianos del lugar hablan de la dictadura
franquista, la terrible represión durante la guerra y la posguerra y las
ejecuciones sumarias.
Los mayores buscan rastros de fosas comunes y
demandan al Ayuntamiento que construya un monumento en conmemoración de
los fallecidos. Por su parte, los adolescentes comprueban que no saben
quien fue Franco.
El documental combina la filmación de Gordillo con
menciones y escenas de acontecimientos históricos que ilustran los
trágicos hechos de este período oscuro de la historia de España.