J. V. PAÑOS
BENAGÉBER | Valencia | 21 de noviembre de 2010 |
Homenaje.
Los familiares de “los ocho de Benagéber” recogen los restos
mortales de los asesinados en 1947 por la Guardia Civil durante
una operación de castigo contra la guerrilla antifranquista. En
este municipio se llevó a cabo en marzo la primera excavación de
fosas de comunes de la dictadura en la Comunitat Valenciana.
“Cerrar una herida”, “cerrar una etapa”. Así,
resumían ayer los familiares de los conocidos como “los ocho de
Benagéber”, el encuentro con sus padres, hermanos o abuelos
asesinados en 1947 por la Guardia Civil durante una operación de
castigo contra la guerrilla antifranquista.
Benagéber fue en marzo el escenario de la
primera excavación de una fosa común en la Comunitat Valencia y
la jornada de ayer era la de la entrega de los restos a sus
familiares tras los trabajos de identificación. Como indicaban
los familiares, se dan por zanjados 63 años de incógnitas y
recuerdos convertidos en tema tabú.
|
|
El monolito erigido el año pasado por el
ayuntamiento de la localidad en recuerdo de “quienes dieron su
vida en defensa de la libertad y la democracia” recibía a los
familiares en el cementerio con los nombres de los asesinados:
Santiago Martínez, Clemente Alcorisa Cabañas, José Martínez
Viana, Daniel Cortés, Salvador Garrido Gimeno, Juan Luján Cerdán,
Manuel Torres y Antonio Gan.
Además de los familiares acudieron a este
acto el alcalde del municipio, Rafael Darijo; así como miembros
de la Gavilla Verde y Matías Alonso, del Grup per la Memòria
Històrica de la Fundació Societat i Progrés. Ambas entidades han
dado apoyo a los familiares durante todo el proceso.
Como ya publicó este diario la cita que
coincidía con el aniversario de la muerte de Franco no había
sido elegidas según Alonso con una intención política, sino para
que pudieran acudir todos los familiares, algunos venidos de
fuera de la Comunitat Valenciana.
“Esto es un punto final”
Miguel Garrido, que acudía a por los restos de su padre para
enterrarlos en Landete (Cuenca) y que es responsable de la
Agrupación de Familiares de Víctimas de la Fosa Común de
Benagéber, afirmaba que “esto es un punto final. Ya está bien”.
“Anoche me acosté a las doce y ya estaba despierto a las
cuatro”, decía para dar constancia de los nervios que producía
la cita. Recordaba cómo su madre murió sin ser reconocida como
viuda y sin recibir ayuda por ello o su infancia marcada “por la
discriminación” en su pueblo por ser hijo de un represaliado.
Sobre las voces contrarias a la exhumación de cuerpos apuntó que
“encima que queremos recuperar a nuestros familiares nos
critican, no queremos remover nada”. Por su parte, Aurelio
Alcorisa, quien también recogía a su padre para enterrarlo junto
a su madre en Mislata indicaba que ese momento suponía “zanjar
el tema”. Para Alcorisa, el día de ayer era un “reconocimiento
de que tuvieron lugar unos crímenes, unos asesinatos”. Otro de
los familiares de Clemente Alcorisa, señalaba que “me siento un
poco reconfortado, después de tantos años al final lo enterramos
juntos. Parecía que nunca iba a llegar el día. Por fin ha podido
ser”.
Una vez llegaron los familiares al campo
santo, fueron llamados para que pasaran por grupos a hablar con
el forense quien les explicó las conclusiones de las
investigaciones. Luego llegó el momento más emotivo y esperado
por los allí presentes. Los familiares llevaron las urnas frente
a un gran foso cavado para llevar acabo el entierro de cinco de
los restos mortales. Las otras tres fueron recogidas para ser
enterradas en otros emplazamientos. Salvadora Cortés, de 86
años, fue la primera en rendir el último adiós que nunca pudo
dar a su hermano Daniel. José Martínez, de rodillas ante los
restos de su padre, decía en alto “tras 63 años de espera ha
valido la pena”. Tras la lectura de poemas, agradecimientos y un
“Viva la República” se procedió a guardar un minuto de silencio
y a enterrar las urnas. El próximo sábado tendrá lugar en
Albalat del Tarongers otra jornada con el mismo objetivo.
Ver noticia en la Web de Levante-EMV.com
|