DESAPARECIDOS DE ADOLFO PASTOR 

IV JORNADAS EL MAQUIS EN SANTA CRUZ DE MOYA. CRÓNICA RURAL DE LA GUERRILLA ESPAÑOLA. MEMORIA HISTÓRICA VIVA.

Santa Cruz de Moya, 2, 3 y 4 de octubre de 2003.

Desaparecidos.
Adolfo Pastor. Oficina de ayuda a los familiares de desaparecidos de La Gavilla Verde.

En primer lugar, quisiera pedir disculpas, porque no es lo mismo disertar sobre vastos conocimientos históricos, adquiridos de manera objetiva, en horas y horas de estudio, en los libros, en conferencias, en charlas…, que hablar sencillamente de vivencias y de personas queridas que son de tu sangre… pido disculpas por si la emoción me juega un mala pasada.

En segundo lugar quiero agradecer a mis compañeros de la Gavilla que me hayan propuesto el encargo de ayudar a las personas que buscan los restos, la memoria de sus seres queridos desaparecidos. Quiero decir que lo haré con la mayor voluntad, y que será una tarea de todos, siempre que me busquen, siempre que nos busquen, nos encontrarán. Quisiera decir a todos que estaremos en todo momento dispuestos a ayudar en lo que podamos y a recibir ayuda de quien nos la pueda dar. Con la unión de todos lograremos nuestros objetivos…

Ahora os quisiera explicar con qué fundamento La Gavilla Verde me ha encomendado esta ilusionante tarea:

Fue a principios de los ochenta cuando intenté, junto con Rosa, mi mujer, encontrar a mi padre. Visitamos la casita Roger, en el Villar del Arzobispo y pudimos contemplar los restos de la vivienda, las otras construcciones, el arado que él usó… la emoción la podéis suponer…Fuimos al Ayuntamiento, allí estaba el acta de defunción de mi padre…nos enseñaron el libro…pero nos rogaron que olvidáramos el tema. Dimos una vuelta por Villar del Arzobispo…había personas que lo habían conocido, personas que habían convivido con él, pero sólo encontramos la frase que nos habían dicho en el Ayuntamiento: olvidad el tema, no remováis..…Desde la tapia del cementerio civil sólo podíamos ver zarzas y desde la misma le tiramos unas flores silvestres recogidas por aquellos contornos….

No olvidamos el tema, estábamos recuperando poco a poco a mi padre…..

En fechas posteriores nuestras visitas al cementerio civil se iban sucediendo, cada año cuando veníamos de Barcelona a Las Rinconadas o cuando volvíamos.

Un día de Todos los Santos vimos con consternación que el cementerio había sido reformado…habían tirado la pared separadora y todo el cementerio era uno…; por suerte, los nichos que habían construido estaban adosados a la pared y el suelo seguía siendo de tierra…

Volvimos a ir al Ayuntamiento y nos hicieron una fotocopia del acta de defunción de mi padre.

Conocimos amigos, personas del Villar que nos han ayudado…

Nuestro amigo Manolo nos entregó la copia de una hoja informativa que se editaba en aquella época…en ella se daba la noticia de que el día 22 de abril de 1947 había muerto en la cárcel del Villar el bandolero Adolfo Pastor Jarque…la idea que me vino a la cabeza la podéis imaginar: año 47, represión bestial…a mi padre se lo llevaron hacia las siete de la tarde, y a las diez y media ya estaba muerto…

Finalmente, el año pasado, tomamos una determinación: Llevamos una carta al Ayuntamiento de Villar, solicitando el permiso para buscar los restos de mi padre. (A pesar de las normas internacionales, todavía no existe legislación alguna en nuestro país en el tema de la recupareción de restos de desaparecidos, y menos relacionados con el tema de maquis o guerrilleros, por eso yo pensé que era mejor ir por las buenas, y así me presenté) Tuve la suerte de encontrar a José Luis, funcionario del Ayuntamiento, una persona que me ha ayudado enormemente y que de nuevo, desde aquí quiero darle las gracias. Él me dijo:

-Déjalo en mis manos…

Así lo hice

Necesitábamos un médico forense para la identificación, y después de varios viajes y conversaciones, encontramos a otra buena persona, el Dr Villalaín, profesor de medicina Legal en la Universidad de Valencia, que también tenemos desde entonces a nuestra disposición y a disposición de cualquier persona que lo necesite, de ahora en adelante.

Preparamos fotos y todos los datos físicos que pudimos de mi padre; solicitamos también la documentación correspondiente del archivo militar de Guadalajara…

Quedamos en una fecha del pasado verano, y nos encontramos todos en el cementerio del Villar, para llevar a cabo la excavación: nuestros amigos del Villar, el doctor Villalaín y su mujer…

Desde el día 19 de Agosto de 2002, en el cementerio de Sta Cruz de Moya, su pueblo, hay una lápida con el nombre de Adolfo Pastor Jarque.

Él fue una persona como tantas otras personas sencillas de este pueblo y de tantos otros pueblos de Cuenca, de Castilla la Mancha y de toda España. Lo que explico, lo explico buscando que los familiares de todos se animen, que el camino se está abriendo…

Adolfo Pastor Jarque nació en Sta Cruz de Moya el año 1916, su familia marchó a Francia cuando él tenía unos diez o doce años. Volvieron, al poco tiempo….trabajo duro en el campo… vino la guerra, marchó como muchos al frente republicano…acabó la guerra…lo llevaron a San Roque a un campo de trabajo, después la mili…Al volver de la mili, se casó con una guapa orchovana…En los campos de Orchova labró, cavó, sembró aquella dura tierra arcillosa…Fue por entonces cuando contactó con los maquis…haciendo de enlace como muchas otras personas de los rentos, de las aldeas y del pueblo, llevándoles víveres, acogiéndolos en su casa…

Finales del 1946 y 1947…aumenta la represión…hay palizas, personas encarceladas, duros castigos a hombres y mujeres, que se llevan acabo en Sta Cruz, en Landete, en Cuenca…. El cuartel de Arrancapinos en Valencia se hace famoso por la silla eléctrica y toda clase de torturas…

Adolfo, con su mujer y sus dos hijos marcha al Villar del Arzobispo, a la Casica Roger, propiedad del Dr Roger, alcalde del pueblo…allí se distingue como un jornalero ejemplar según Ernesto, un muchacho que con él iba de aprendiz…”hacía los surcos muy rectos y hacía una letra muy bonita…”.

En el atardecer del 22 de Abril de 1947 lo fueron a buscar dos guardias civiles sin dejarle ni cenar, y a las dos horas estaba colgado en el depósito del Villar.

Como él, hay cantidad de personas en nuestro pueblo de las que es necesario reencontrar su memoria.

Hace un mes, más o menos, por indicación de nuestro amigo Salvador, estoy en contacto con los familiares de José Argilés Jarque, nacido en las Casas del Marqués, con los de Jesús Sevilla Herráiz, de Avia de la Obispalía (Cuenca), de Constantino Herráiz Rai, de Recuenco (Guadalajara)… todos están enterrados en una fosa común en el cementerio Villarejo de la Peñuela junto con Ramón Alises Díaz y un desconocido que sólo sabemos tenía acento andaluz…

Estamos haciendo trámites y esperamos que pronto tendrán una lápida en sus cementerios…donde los familiares crean conveniente.

Cuando consultas Internet, los desaparecidos durante y especialmente después de la guerra son incontables. De nuestro pueblo también ha habido desaparecidos; unos, especialmente guerrilleros, siguen todavía así, Gregorio está por Umbría Negra , ¿dónde está Julián?, Manolete está en Villarejo de la Peñuela...¿Dónde está Justo, Pedro, Genaro, Emilio?.

No podemos visitar sus tumbas o una lápida que nos los recuerde en nuestro cementerio. Entre los enlaces, que fueron muchos más, hubo también una enorme represión; y no es que estén desaparecidos en el sentido exacto de la palabra, pues de los que han muerto se sabe dónde murieron y dónde fueron enterrados. Nuestros muertos represaliados estaban hasta ahora desaparecidos de nuestras mentes, de nuestro recuerdo, de nuestra memoria, de nuestras vidas...Durante aquellos años de la posguerra y casi hasta ahora era tabú ni siquirera nombrarlos; esta situación ha durado demasiado, ya hace muchos años que acabó la dictadura y parece como si nos costara aún nombrar a Gregorio, a Adolfo, a Joaquín a Crescencio, a Amparo, Germán, Clemente....Creo que todos los familiares de estas personas, sus compañeros enlaces que todavía siguen con vida, todos sus vecinos que las conocieron y los que no las pudimos conocer deseamos recuperar su memoria, queremos hablar de ellos con normalidad y queremos que al visitar nuestro cementerio, su cementerio, podamos recordarlos al contemplar una lápida con su nombre.

Aunque hemos tardado demasiado y ya es imposible que alguien pueda decir “sí, soy la madre, el padre, el abuelo, la abuela de Germán, Gregorio, Crescencio, Clemente, Amparo, Adolfo”...no perdamos más tiempo.

Ha llegado el momento en que podamos decir con la cabeza muy alta: “Sí, soy hijo, soy hija, soy hermano, soy sobrino...de Joaquín, de Crescencio, de Amparo, de Adolfo, de Gregorio, de Germán, de Clemente.... También han llegado los días en que todos los que fueron enlaces, y que, por suerte para ellos y para su familias todavía viven, puedan explicarnos con toda normalidad todas aquellas vivencias, sin mirar a todas partes con temor...

Mi humilde presencia aquí es animar a todos los familiares de nuestros desaparecidos que pongan en práctica sus deseos, y, sin perder tiempo, hagan los posibles para que recuperemos la memoria de cada uno de nuestros represaliados, de nuestros desaparecidos.

Yo simplemente puedo explicar a quien lo necesite, ahora o en otro momento, cuando cada uno quiera, los pasos que hemos dado hasta llegar al momento presente, en que mi padre tiene una lápida en nuestro cementerio, y, de esta manera, ayudar a cuantas familias se acerquen a nosotros, en lo que esté en nuestras manos, en las manos de la Gavilla Verde, a recuperar los desaparecidos. Para ello contamos también con la ayuda de cuantas personas llevan años en este menester, como Emilio y Santiago…

Creo que todos nuestros “desaparecidos” se merecen cuanto podamos hacer por recuperar su memoria.