LA IDEA DE REPÚBLICA EN LA PROPAGANDA DE LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA 

LA IDEA DE REPÚBLICA EN LA PROPAGANDA DE LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

Armando Recio García
(Universidad Complutense de Madrid)
Correo electrónico: aregarc@yahoo.es

EPÍGRAFES

1. Introducción; 2. La República en la guerrilla antifranquista; 2.1 República: democracia, paz, justicia y libertad; 2.2 Las conmemoraciones; 2.3 República: la unión y lucha de jóvenes, campesinos y guerrilleros; 2.4 Conclusión.

RESUMEN

La idea de República es un referente constante a lo largo de la propaganda de la guerrilla antifranquista. La República aparece como símbolo de todos aquellos valores que se consideran perdidos a causa de la guerra: democracia, libertad, justicia, etc., llegando en ocasiones a magnificar e idealizar ese sentimiento republicano.

ABSTRACT

The idea of Republic is a referring constant along the propaganda of the antifrancoist guerrilla warfare. The Republic appears as symbol of all those values that are considered to be lost because of the war: democracy, freedom, justice, etc., managing in occasions to praise and idealize this republican feeling.

1. INTRODUCCIÓN

Finalizada la Guerra Civil Española, muchos de los combatientes republicanos que no habían podido escapar, ante el miedo a las más que posibles represalias en sus lugares de origen, decidieron que el único modo de sobrevivir tras la derrota era marcharse a las montañas y serranías próximas. Unidos a ellos estuvieron también todos aquellos que, siendo simpatizantes de alguna formación izquierdista durante el período republicano o el tiempo de guerra, o simplemente por contar con familiares afines a esas ideas políticas, sufrían el acoso cotidiano de los vencedores, convirtiéndose en objetivo de humillaciones y desprecio cuando no en víctimas de torturas y paseos.

Tras un primer período de mera supervivencia (que se mantiene aproximadamente hasta 1944), aquellos huidos comenzaron a organizarse en pequeñas partidas guerrilleras, empezando a gestarse un verdadero conflicto armado contra la dictadura con nítidos contenidos políticos. A pesar de que algunas de las primeras organizaciones guerrilleras surgieron a principios de los años 40 (la Federación de Guerrillas de León-Galicia nace en 1942, en la comarca del Bierzo), fue en la segunda mitad de esta década cuando mayor intensidad cobraron las actividades del maquis en España.

Después de protagonizar una activa lucha en la resistencia francesa durante la Segunda Guerra Mundial, los combatientes españoles, dirigidos por el Partido Comunista, intentaron cambiar la situación en el país mediante una operación militar de mayor calado, a través de la invasión pirenaica del Valle de Arán (octubre de 1944), cuyo primer objetivo era levantar a las masas en contra de Franco y provocar después la “inevitable” intervención aliada, que acabaría finalmente con la dictadura franquista.

Como indica Serrano (2002), las conferencias celebradas por los aliados en Yalta y Postdam en 1945, habían puesto de manifiesto que el derrocamiento de la dictadura franquista no constituía una prioridad para las potencias vencedoras en la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, en el aparato guerrillero, las cosas eran vistas desde otro punto de vista antes de la finalización de la contienda mundial. Franco debía caer antes que Hitler, como confirmaba un manifiesto editado el 21 de agosto de 1944, antes de la invasión:

“¡La hora ha llegado! ¡No se puede perder un momento! Ha llegado el período de organizar la lucha activa por la Reconquista de España: tenemos que crear las condiciones indispensables para el derrocamiento de Franco y Falange. ¡Españoles! ¡No hay un minuto que perder! Nuestra Patria nos observa y nos espera. No podemos defraudar a nuestros hermanos que sufren la tiranía falangista en los campos y en las cárceles; no podemos traicionar a nuestros mártires y a nuestros caídos cuyo ejemplo nos marca el camino de nuestro deber. Este deber es el ingreso en nuestras unidades guerrilleras que, con la vista fija en España, bajo la dirección de la Junta Suprema de Unión Nacional, asesten el golpe definitivo que dé al traste con Franco y Falange, poniendo fin al oprobio y a la vergüenza que sufre nuestra Patria” (Arasa, 2004, p. 60)

A partir de los últimos años de esta década, los movimientos y actividades de las partidas guerrilleras sufrieron un sensible disminución producida por el aumento de la represión de las fuerzas de seguridad (Decreto Ley sobre Bandidaje y Terrorismo en abril de 1947)1, y por el abandono de las fuerzas políticas a esta iniciativa, considerada por el hispanista Paul Preston como la oposición más seria al franquismo.

El movimiento guerrillero tuvo presencia a lo largo y ancho del territorio nacional, creándose a partir de la segunda mitad de la década organizaciones guerrilleras con una clara estructura militar, y con unos objetivos políticos concretos: la lucha contra Franco, por la libertad y por la República. Zonas como Galicia, León, Asturias, Cantabria, Cataluña, Aragón, Andalucía, Levante, Extremadura, Castilla La Mancha, etc., albergaron la lucha de estos guerrilleros, formados en agrupaciones y sectores bien definidos, aunque existía una gran permeabilidad entre las zonas a causa de las dificultades de este tipo de lucha.

A través de la propaganda elaborada por la guerrilla antifranquista, puede seguirse un discurso teñido con claridad por el republicanismo. En los órganos de prensa de las agrupaciones guerrilleras puede observarse como la idea de República estuvo presente mientras perduró el movimiento guerrillero. Los maquis españoles consideraban que su lucha era heredera de la protagonizada durante la Guerra Civil, una lucha, entre otras causas, a favor de la legalidad y legitimidad republicanas. Por tanto, en el período posterior a la contienda, las ideas de libertad y democracia irán aparejadas a la de República, uno de los temas más habituales en su propaganda.

2. LA REPÚBLICA EN LA GUERRILLA ANTIFRANQUISTA

Como decíamos anteriormente, los guerrilleros españoles se sentían continuadores de la lucha contra el fascismo, como patriotas que seguían peleando por la legitimidad y legalidad republicanas, socavadas tras el final de la Guerra Civil en 1939. A lo largo de la propaganda guerrillera la República aparece como un gran continente en el que tienen cabida valores tales como la democracia, la paz, la justicia y la libertad. España se encuentra dominada por un tirano, Franco, al que hay que derribar para acabar con la injusticia. Tan sólo la resistencia armada lograría acabar con la dictadura, y al esfuerzo de explicar estas ideas a través de la propaganda los maquis dedicaron parte de su capacidad organizativa.

Los destinatarios de esta propaganda fueron los obreros y campesinos fundamentalmente, teniendo en cuenta que es en el ámbito rural donde mayor protagonismo adquirió la guerrilla. Los mensajes se caracterizaban por cumplir con las reglas básicas de la propaganda: simplificación, con ideas breves y sencillas, más aun teniendo en cuenta el nivel cultural de las personas a las que iban dirigidas, ya que en muchos casos apenas sabían leer y escribir; regla del enemigo único, siendo los objetivos de esta propaganda Franco y Falange, en los que se concentran los odios y los ataques más virulentos; la desfiguración o exageración, destacándose en los mensajes aquellos aspectos más importantes para los maquis, ya fuese en su favor (exaltando las cualidades propias), o en las arengas en contra del Franco y su régimen; es preciso hablar también de la orquestación, de manera que las principales ideas y referentes que figuran en la propaganda guerrillera son repetidas constantemente (lucha por la República, unión del pueblo y de la guerrilla para derrotar a Franco, proclamas contra la Guardia Civil, etc.), adaptándose en cada momento a los acontecimientos que se suceden. En este aspecto el fallo que puede atribuirse a la guerrilla es el de no tener suficientes canales para hacer llegar la propaganda a sus destinatarios, convirtiéndose el medio impreso en protagonista crucial de este fenómeno.

Por último se hace necesario descubrir una regla que en este caso no se cumplió, la de unanimidad o contagio. A pesar de que los esfuerzos tanto de los guerrilleros como de sus enlaces fueron ímprobos para hacer llegar el mensaje al pueblo, el miedo y terror provocado e inoculado en la sociedad por parte del franquismo, apagaron cualquier llama revolucionaria que pudiera surgir de un modo más intenso2.

Como afirmamos con anterioridad, el sentimiento republicano aparece reflejado de forma patente en la propaganda de la guerrilla antifranquista, siendo un nexo común de todas las guerrillas que operan a lo largo y ancho del territorio español (una gran parte de las octavillas finalizan con vivas a la República). La capitulación del franquismo y la reconquista de la República son los fines perseguidos por los maquis, según constata el curso de sus publicaciones, ya sean éstas órganos oficiales de las agrupaciones, o simplemente octavillas u hojas sueltas. La República traería al pueblo español la democracia, la paz, la justicia, la libertad, y haría desaparecer la miseria y el hambre, según se colige de los escritos guerrilleros.

 

2.1 República: democracia, paz, justicia y libertad

El republicanismo, y todo lo que conlleva, sirve de nexo e hilo conductor en la propaganda de la guerrilla española. En esta ocasión trazaremos unas pinceladas generales sobre esa idea de República albergada en los sueltos y panfletos editados por el maquis en toda España, utilizando para ello como ejemplo algunas de esas octavillas producidas por las agrupaciones en los diversos territorios en los que actuaron.

Los valores de democracia, justicia, paz y libertad son los más reivindicados en la propaganda guerrillera. Para la oposición armada al franquismo, la república era sinónimo de democracia. Tras la dictadura del general Primo de Rivera, en 1931 la proclamación de la República trajo para el pueblo la esperanza de conseguir mayores libertades democráticas, unas libertades que fueron segadas de golpe tras la rebelión iniciada el 17 de julio de 1936 en Marruecos, y que al día siguiente se trasladaría a la península. Una vez inmersos en la dictadura franquista, los guerrilleros lucharon por retornar a ese pasado democrático.

El contenido propagandístico del mensaje guerrillero de todas las zonas estaba teñido por la bandera tricolor. Así en la zona de Levante y Aragón, las agrupaciones guerrilleras hicieron patente ese republicanismo en casi todos sus escritos. Una octavilla del Estado Mayor de la Agrupación Guerrillera de Levante (AGL) de 1948 rezaba así:

“[…] Nosotros defendemos la gran causa del pueblo, la libertad, la paz, la tranquilidad, el bienestar y el progreso de España y de los españoles.
Luchamos en defensa de la patria, por la independencia y soberanía de la Nación. Luchamos por la REPÚBLICA DEMOCRÁTICA […]
El franquismo se hunde irremediablemente. La UNIDAD y la LUCHA del pueblo, dará fin al régimen.
¡EN PIE CAMPESINOS! DEMOS JUNTOS LA BATALLA PARA QUE EN ESPAÑA HAYA PAZ, LIBERTAD Y DEMOCRACIA.”3

Desde las guerrillas levantinas y aragonesas, la AGL editaba una larga octavilla el 1 de enero de 1949 en la que dejaba claro cuál era la solución para terminar con el franquismo y la alternativa necesaria, la comunión de las fuerzas republicanas y antifranquistas:

“EL CAMINO A SEGUIR
[…] Pero principal y fundamentalmente, lo que hace que el franquismo exista aún, es la falta de la incorporación de los españoles antifranquistas a la resistencia organizada y a la lucha contra el régimen.
Es la falta de unidad de las organizaciones obreras y republicanas, es la falta de compenetración de éstas y la coordinación de sus esfuerzos, para que a su vez, estimulen la organización del resto de los patriotas; es la falta de un Gobierno Republicano fuerte en el que participen todas las fuerzas obreras, republicanas y antifranquistas en el marco de un amplio GOBIERNO DE COALICIÓN NACIONAL, que se comprometa a terminar con el franquismo e ir a una consulta al pueblo y que éste decida qué clase de régimen quiere. El franquismo se hunde, no hay quien lo evite, pero hay que actuar para que después de su eliminación haya libertad y democracia.
[…] POR LA PAZ Y EL BIENESTAR. POR LA LIBERTAD Y LA DEMOCRACIA: ¡UNÍOS, COMUNISTAS Y SOCIALISTAS, CENETISTAS, REPUBLICANOS Y ANTIFRANQUISTAS! POR UN FRENTE NACIONAL ANTIFRANQUISTA: ¡ORGANICEMOS LOS CONSEJOS DE LA RESISTENCIA! CONTRA LA PENETRACIÓN EXTRANJERA Y LAS MANIOBRAS REACCIONARIAS: ¡ESPAÑOLES, EN PIE CONTRA FRANCO!
¡VIVAN LAS LUCHAS DE LOS OBREROS EN LAS FÁBRICAS Y DEL LABRADOR EN EL CAMPO! ADELANTE HERMANOS GUERRILLEROS ESPAÑOLES, POR LA LIBERACIÓN DE LA PATRIA. ¡VIVA LA AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE, QUE CADA DÍA GOLPEARA CON MÁS FUERZA AL FRANQUISMO!
¡VIVA LA REPÚBLICA!”4

2.2 Las conmemoraciones

Estos fragmentos no son más que botones de una gran muestra de adhesión y lealtad a la República, una lealtad que se confirmaba año tras año en cada uno de los aniversarios más importantes, como por ejemplo el del levantamiento franquista, al que los guerrilleros respondían que la guerra aún no había terminado. En una octavilla de 1947 bajo el título Once años y encabezada por un escudo flanqueado por dos banderas republicanas con el nombre de la AGL, la guerrilla levantina reivindicaba la continuación de la lucha iniciada el 18 de julio de 1936, una lucha que no acabaría hasta que quedase implantada de nuevo la República:

“[…] Con voz más patente que la suya la AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE, le responde en esta histórica fecha. “La guerra NO ha terminado”, ni terminará HASTA LA IMPLANTACIÓN DE LA REPÚBLICA EN NUESTRA PATRIA, aunque para ello tengamos que permanecer y luchar los guerrilleros otros once años en las sierras españolas.
[…] LA AGRUPACIÓN GUERRILLERA DE LEVANTE como vanguardia de la lucha por la REPÚBLICA, reitera al pueblo de su región que sigue considerando un deber la orientación y guía de la población civil hasta la liberación de España, exhortando a todos los patriotas a cumplir cuantas órdenes y consignas les sean dadas, como base fundamental de disciplina, necesaria en el movimiento de resistencia comenzado hace HOY ONCE AÑOS. ¡VIVA LA REPÚBLICA!5

El recuerdo de estos acontecimientos también se producía en acciones propagandísticas más directas. Según cuenta Vila (1986), el día 18 de julio de 1947 fueron colocadas dos banderas republicanas en la localidad de Llera (Badajoz), acompañando este acto por el lanzamiento de octavillas en dicho municipio y en los de su entorno.

Otro aniversario por excelencia reivindicado por la guerrilla era el 14 de abril, día de la proclamación de la República en 1931. Las elecciones municipales celebradas dos días antes dieron como resultado el triunfo republicano en las principales capitales de provincia. Como consecuencia de esos resultados y ante la situación que se había creado, se produjo la consiguiente salida del rey Alfonso XIII hacia su exilio parisino, y posteriormente romano. Como puede comprobarse, el republicanismo vuelve a ser el elemento base de la propaganda del maquis. En una cuartilla mecanografiada bajo el título ¡14 de abril!, se apelaba incluso a aquellos ciudadanos con ideologías ajenas al sentir republicano, pero ofreciéndoles en todo caso la única tabla de salvación posible, la República, precisamente en la conmemoración de una fecha tan clave como era aquella:

“ARAGONESES, hombres y mujeres que practicáis la religión, no permitáis que bajo el SIGNO de la CRUZ, se cobijen los CRIMINALES FALANGISTAS que encarcelan, torturan y asesinan a los mejores hijos de nuestro pueblo.
Obedecer y respetar el llamamiento que Don JAIME6 Y Don JOSÉ MARÍA GIL ROBLES os han hecho. En su llamamiento decían: Jóvenes católicos, engrosar las filas de la resistencia, uníos todos bajo el consejo central que dirige el gobierno de la República. ABAJO EL TERROR, VIVA LA REPÚBLICA, MUERAN LOS OPRESORES
¡14 de abril! Españoles que amáis a España, la Resistencia os dice: La ESPAÑA FRANQUISTA presentada como un gran barco tripulado por un capitán PIRATA, que os prometió ser vuestro SALVADOR. Hoy, marcha a la deriva, él ha perdido el timón y su destino no puede ser otro que el de naufragar y para ello la madre patria os ofrece un bote de salvación: LA REPÚBLICA.”7

La fidelidad de estos republicanos sin República queda constatada también en su lealtad al Gobierno del doctor Giral en el exilio. En septiembre de 1946 la AGL exhorta al pueblo levantino a mantener su apoyo al gobierno republicano:

Llamamos a todas las fuerzas republicanas a que refuercen la lucha y la unidad en torno al Gobierno Giral y la Alianza Nacional de Fuerzas Democráticas, para acortar los plazos de la caída del franco-falangismo y recuperar para España y el pueblo la libertad, el pan y la justicia.
¡Viva la AGL! ¡Viva el Gobierno del Dr. Giral! ¡Viva la República! ¡Viva España!8

También la AFARE9, a través del primer número de su órgano oficial publicado en septiembre de 1945, República, recogía ese sentimiento de fidelidad y adhesión al gobierno republicano en el exilio de México.

2.3 República: por la unión y lucha de jóvenes, campesinos y guerrilleros

Cada año, el sentir republicano se manifestaba con mayor fervor en la propaganda del maquis, como por ejemplo en Levante. En fechas tan postreras como 1950, la AGL seguía incansable su labor de comunicación y transmisión de ideales, de lucha por la República:

“[…] Para derribar a Franco y Falange: EL PRESENTE AÑO DEBE COMENZAR CON UNA OFENSIVA GENERAL Y CONJUNTA DEL PUEBLO Y LOS GUERRILLEROS. POR LA RECONQUISTA DE LA REPÚBLICA. ¡CADA HOGAR UN FOCO DE ATAQUE AL FRANCOFALANGISMO! CONTRA LOS CLAUDICADORES, ENEMIGOS DEL PUEBLO Y DE LA UNIDAD ANTIFRANQUISTA. ¡LOS GUERRILLEROS NOS PRONUNCIAMOS POR UN GOBIERNO DE AMPLIA CONCENTRACIÓN NACIONAL ANTIFRANQUISTA Y REPUBLICANA! ¡POR LA RECONQUISTA DE LA REPÚBLICA!”10 (Aguado Sánchez, 1976, p. 204)

Los esfuerzos propagandísticos realizados por los maquis nunca cesaron, a pesar de los duros golpes sufridos a causa de la represión franquista. Consideraban la difusión de propaganda como uno de los elementos primordiales en su labor de guía del pueblo hacia la libertad y la consecución de la República. El guerrillero Adolfo Lucas Reguilón Severo Eubel de la Paz, que actuaba en la zona de la sierra de Gredos, siendo jefe de la Zona Mirlo, conminaba (en sus ordenanzas guerrilleras para el llano) a conseguir las herramientas necesarias para fabricar pequeñas hojas escritas con consignas tales como “¡Viva la República!”, o a confeccionar banderas republicanas (teñidas con los tres colores) para ser colocadas en sitios visibles y de difícil acceso para su retirada11. Como afirma Vidal Sales,

“Desde el momento mismo en que se concibió la idea de la guerrilla, se estimó en su justo valor la fuerza poderosa de la propaganda, del libelo y de la octavilla. […] Y a parte de que nunca, ni en los más duros años de la represión, dejaron de funcionar, poco o mucho, los dispositivos propagandísticos, lo cierto es que la mayoría de los infiltrados llevaba consigo, como parte inseparable de su bagaje de partisano, los periódicos y panfletos con los que cuidarían de inundar los pueblos y aldeas por los que pasaron” (Vidal Sales, 2002, p. 99)

Severo Eubel de la Paz constituye un caso particular, pudiendo ser catalogado desde mi punto de vista como el paradigma de la propaganda guerrillera. Adolfo Lucas Reguilón, su verdadero nombre, fue el jefe de la “Zona M”, que no debe confundirse con la Agrupación de Gredos, según señala Moreno (2001). Este guerrillero, que actuaba en el monte Mirlo, en Piedralaves, etc., fue el fundador de dos periódicos guerrilleros: El guerrillero carpetano y Uníos, realizados a ciclostil. Este último siguió publicándose ya en plena democracia, tras los 20 años de prisión a los que fue condenado tras su detención en 1956.

Llama la atención la especial incidencia que Reguilón ponía en la elaboración y difusión de la propaganda, dando las órdenes oportunas a los maquis bajo su mando para su preparación y confección, no sólo en cuanto al contenido ideológico (siempre dominado por las ideas republicanas y la política de Unión Nacional), sino también sobre cómo conseguir las herramientas adecuadas para su fabricación. Desde los primeros inicios de su agrupación, Reguilón se ocupó él mismo de la producción propagandística. Tal y como cuenta en su autobiografía Reguilón (1975), el hallazgo de una pequeña imprentilla metálica de origen inglés, fue la base sobre la que fue realizando los primeros sueltos y hojas de propaganda.

Con el propósito de engrosar la nómina de resistentes, las organizaciones de maquis no dudaban en hacer repetidos llamamientos a la juventud a unirse a las guerrillas. La idea de República, y con ella la democracia, la libertad y la justicia, servían de reclamo para nutrir las filas guerrilleras con efectivos más jóvenes y dispuestos a dar la batalla al régimen franquista. Como ejemplo que se repite en diversas agrupaciones, podemos hacer referencia a una octavilla del Ejército Guerrillero de Andalucía, editada por la 3ª Agrupación que mandaba Dionisio Tellado Vázquez Mario de Rosa, un maestro evadido en 1944 de la cárcel de Alcalá de Henares, en Madrid. Moreno (2001) señala que esta agrupación, en principio dependiente de la jefatura del Ejército Guerrillero del Centro, tras el desastre de Talavera (en el que cayeron los principales dirigentes de la misma), pasó a depender del Ejército Guerrillero de Andalucía, organización que firma la mencionada hoja:

“Llamamiento a los jóvenes del Llano: Joven, tu puesto está en la montaña para demostrarle al enemigo tu rebeldía y amor a tu Patria, para que mañana seas un verdadero paladín de la libertad; […] ya sabes dónde está tu puesto, en la montaña, donde encontrarás cariño, amor y camaradería, mañana la victoria en la que podrás disfrutar de cuantas penalidades has pasado con estos degenerados insaciables que no piensan más que en disfrutar y que el pueblo muera de hambre. […] Adelante por conquistar nuestro pueblo, ésta es nuestra consigna: luchar, luchar y luchar. Viva la J.S.U. Viva España Independiente y Libre, Viva la República.” (Aguado Sánchez, 1975, p. 240)

Estos guerrilleros del llano, según Díaz (2001) formaban una especie de ejército de reserva que utilizaban las partidas guerrilleras para procurarse cualquier tipo de provisiones, ya fueran víveres, munición, armas, información, etc.

Como destacamos antes, en una España de posguerra eminentemente agraria, el colectivo campesino (tanto labradores con pequeñas propiedades como jornaleros) fue uno de los destinatarios más proclives a ser receptor de la propaganda guerrillera. En algunos casos, se observa un perfecto conocimiento de los maquis acerca de la problemática agraria en nuestro país, así como de las dificultades a las que debía hacerse frente en las tierras de labor.

Ante esa realidad de miseria, hambre e impuestos, la resistencia armada oponía otra realidad bien distinta enmarcada en el estado republicano. La República, por cuyo logro los guerrilleros daban su vida, daría a los campesinos todo aquello que ahora se les hurtaba y robaba por parte del franco-falangismo. Con este tipo de hojas sueltas se trataba de conseguir la adhesión de un colectivo tan amplio como el campesino a las ideas defendidas por la guerrilla, y por ende a los guerrilleros:

“[…] Los campesinos medios, que con su trabajo han adquirido las parcelas de tierra que poseen, no sólo no tienen nada que temer del Ejército Guerrillero ni de la República, sino todo lo contrario: EL EJÉRCITO GUERRILLERO ES SU MÁS FIRME DEFENSOR Y LA REPÚBLICA PONDRÁ EN SUS MANOS TODAS LAS POSIBILIDADES DE PROGRESO Y MEJORAMIENTO DE SUS HACIENDAS Y EVITARÁ LA RUINA SEGURA A QUE EL RÉGIMEN FRANQUISTA LOS LLEVA.
[…] La reforma agraria ha de hacerse clavando las rejas sobre las grandes fincas de condes, duques, marqueses y grandes terratenientes, responsables de la sangre vertida en nuestra guerra y de la ruina de España, sin indemnización y a base de expropiación forzosa, entregando las fincas que esos señores llaman hoy suyas, a los campesinos en usufructo para que rehagan sus hogares produciendo cuanto necesitan para su bienestar económico, a la vez que se reconstruye la economía nacional.
[…] Campesinos: con la República seréis libres; con la República tendréis tierras, yuntas, semillas, abonos, aperos y hogar donde vivir; con la República seréis los dueños del fruto de vuestro trabajo; con la República tendréis escuelas para vuestros hijos; con la República desaparecerá el diluvio de impuestos que hoy os agobian; con la República serán exterminadas de la administración las sanguijuelas falangistas que os chupan el sudor convertido en frutos; con la República serán castigados los responsables de nuestra miseria y la ruina del campo.
Por una Reforma Agraria amplia y profunda, por el resurgimiento del bienestar en el campo.
Viva el Ejército Guerrillero. Viva la República, mueran Franco y los explotadores.”12

Por otra parte, en las llamadas nacionalidades históricas, fundamentalmente en Cataluña y Galicia, la resistencia contra el franquismo estuvo acompañada de un componente cultural muy importante, y que no se encuentra en agrupaciones de otras partes del país. Dichos territorios habían visto en la República destruida la satisfacción o la posibilidad de ver satisfechas sus demandas de mayor autonomía y autogobierno.

En cuanto al Estatuto de Autonomía catalán se refiere, después de ser aprobado en Cataluña el 2 de agosto de 1931, las Cortes Generales terminarían dándole el visto bueno el 9 de septiembre de 1932 (después del fracasado intento de golpe de estado de la “sanjurjada” el 10 de agosto del mismo año). El Estatuto Vasco tardaría al menos cinco años en promulgarse, cuando ya había comenzado la guerra. El Estatuto Gallego, sin embargo, no llegó nunca a cubrir su última etapa, quedando pendiente su tramitación en las Cortes cuando Galicia cayó en manos de los rebeldes.

Tanto en Galicia como en Cataluña, el uso de sus respectivos idiomas fue un factor elemental en la propaganda guerrillera de estas zonas. Ambos idiomas, postergados por el franquismo, salieron a la luz a través de la propaganda para reivindicar los mismos valores exigidos en otros territorios, pero con esa característica especial de utilizar su propia lengua. Recuerda Bernardo Máiz (2003), que en Galicia los resistentes, de procedencia popular en su mayoría, utilizaron el gallego siempre. Era otro elemento más que añadir a la resistencia armada.

Guerrilleros catalanes y gallegos pelearon bajo el manto republicano, en unos momentos en los que su identidad cultural, además por supuesto de las libertades más elementales, se veía perseguida y censurada. Como podemos comprobar a través del siguiente ejemplo, las agrupaciones guerrilleras catalanas13 continuaban reivindicando la política de Unión Nacional inaugurada por el PCE.

“El nostre poble crida amb angoixa i door, crida perque les llagrimes de sang corrent com jamai per arreu de Catalunya, els millors fills de nostre poble cauent assesinats per els mercenaris falangistas de Franco i el terrorista Moscardo. Son els crits d’aqueixes mares que perden els seus fils, d’aqueixes dones que perden els seus homes i germans, que possent en peu al poble catalá, en torn d’Aliança Catalana, per la seva alliberacio i l’enderrocament de Franco i Falange i per l’alliberacio total de l’Espanya.
[…] Tots units en torn de l’Aliança Catalana, a guerrillers, a engrosar aqueixes Brigadas de Guerrillers Catalans, que han d’alliberar a Catalunya i Espanya.
CATALANS! Els millers i millers de presos de la Model, de Monjuich i tants d’altres presons no poden esperar, siguem dignes dels nostres martirs, siguem catalans, per Catalunya i per la llibertat a GUERRILLERS CATALANS.
Visca l’Aliança Catalana, visca l’Unio Nacional Espanyola, visca la Brigada de Guerrillers Catalans “Lluis Companys”, visca el Glorios XIV Cos de Guerrillers”14

2.5 Conclusión

A través de este breve análisis puede observarse como la idea de República estuvo presente en la propaganda de la guerrilla antifranquista. En unos casos mostrada como el deseo de volver al pasado, de resucitar unas libertades asesinadas por el franquismo. En otros manifestada como aspiración legítima de un mundo mejor, con más justicia y libertad. Al fin y al cabo no dejó de ser un grito contra esa dictadura que pretendía vilipendiar y zaherir el régimen republicano, transmitiendo un odio permanente a la sociedad española en contra de aquello que el franquismo consideraba la anti-España.

La idea de República, que tiñe la propaganda guerrillera con la bandera tricolor, significa todo aquello que es contrario a la dictadura franquista. Significa paz, justicia, libertad, democracia, pan… Algunas veces da la sensación de que la República que reivindican es una República diferente a la de 1931-1939, una República idealizada, magnificada. No hay que olvidar que ellos son continuadores de esa defensa republicana que perdió la guerra. Quizás sea esta la lectura que podamos entresacar de la propaganda guerrillera, tal vez porque la República difundida estuviese dirigida más al corazón, a las emociones que a la razón, por otro lado como corresponde a la buena propaganda.

Quiero decir con esto que la noción de República que se recoge a partir de las hojas, sueltos y octavillas del maquis, llega más lejos aún que el simple recuerdo y la demanda de una situación del pasado. Es el deseo de acabar con el dolor, el hambre y el sufrimiento del pueblo. Es la exigencia de devolver a España su libertad, soberanía e independencia. Es tan simple y tan complejo como retornar y recobrar una República democrática y más justa.

Sin embargo, la extraordinaria dureza de la represión franquista, unida a la dificultad de los tiempos posteriores a la guerra, supuso que ni siquiera los miles de guerrilleros y enlaces que se sacrificaron y dejaron sus vidas por ese ideal, entre otros, fuesen suficientes para encender en el pueblo la llama necesaria. Esta lucha guerrillera se produjo en una situación muy comprometida, delicada, penosa, que hoy en día resulta difícil imaginar. La resistencia antifranquista siempre estuvo

“Allá donde hombres y mujeres se ven obligados a esconderse y empuñar las armas por ideales en los que creen, por enfrentarse a modelos de sociedad que ilegalmente y contra sus más elementales derechos les han sido impuestos. Allá donde han vistos pisoteados los valores auténticos en los que creen.” (Romeu, 2002, p. 531)

Y con esa oposición armada viajó el sentimiento y la pasión de la lucha por la República.

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La idea de república en la propaganda de la Guerrilla Antifranquista