V JORNADAS EL MAQUIS EN SANTA CRUZ
DE MOYA. CRÓNICA RURAL DE LA GUERRILLA ESPAÑOLA. MEMORIA HISTÓRICA
VIVA.
DESAPARECIDOS.
Ponencia que presenta el Prof. Dr. D. José Delfín
Villalaín Blanco.
Catedrático de Medicina Legal y Forense.
De la Universidad de Valencia.
Presidente de la Sociedad Española de Paleopatología.
INTRODUCCIÓN.
Quedan aun muchas cuestiones por conocer en relación
a nuestra guerra civil. En los momentos actuales se observa un afán
reconciliador y una voluntad superadora de aquel dos Españas que tan
bien supieron plasmar Goya o Machado. Poco a poco se ha ido forjando una
tercera España que ya señaló Preston, una España liberal y reformista
que ya se vislumbraba en los trabajos de Alcalá Zamora o Madariaga. Se
han revisado y concretado las cifras de la guerra y sus mitos y fue
cristalizando la idea de que la guerra fue una trágica locura colectiva,
especialmente dramática, porque, como señala García Cárcel, pudo ser
evitada. Fue fruto de una serie de lamentables contingencias y errores
políticos que se hubieran evitado sin el individualismo grupal, el
empecinamiento ideológico y partidista.
La revisión actual racional tanto de la república
como de la propia Guerra Civil ha originado una nueva historiografía que
estudia la Guerra y la posguerra al margen de las memorias vindicativas
que todavía está presente en muchos lugares. Se reanalizan los fantasmas
de la izquierda antidemocrática y el fascismo de una derecha montaráz,
las barbaridades de 1934, las del 36 y las de la posguerra, se busca la
explicación racional y se potencia el estudio de las variantes
originadas por la cultura regional y los mitos nacionalistas catalanes y
vascos. Vascos eran los requetes; catalanes La Lliga y Cambó con sus
implicaciones en el 18 de julio.
Para objetivar guerra y posguerra hace falta la
memoria histórica y a ello debe contribuir estas jornadas. Hoy nuestros
jóvenes ignoran la realidad de lo que pasó y no saben quien eran Azaña,
Prieto o Mola y se encuentran con la repetición de estereotipos
producidos por el maniqueísmo oficial de los grupos dominantes, cargados
de simbología emocional. Es necesario conocer bien que pasó, para que no
vuelva a ocurrir.
Existe, no obstante una cierta necrofilia, cargada de
sentimiento a la hora de analizar fosas y represiones, cargada de
sectarismo y victimismo y siempre de sentimentalismo. Y es este el
principal peligro que presentan estas jornadas en las que afloran
vinculaciones familiares, vejaciones intolerables y persecuciones que
difícilmente se pueden asimilar sin un sentimiento de vergüenza y de
venganza.
La Guerra civil, como ocurrió con las guerras
anteriores, se hereda y con ello sus pasiones a través de recuerdos,
olvidos y manipulaciones. Todavía sobrevuela sobre nosotros la tragedia
que supuso esa guerra, peor que todas, especialmente por ser interna y
por tanto cargada de odio y de pasión. La Guerra fue un barco lleno de
locos, en palabras de Armas Marcelo. Creo que en contra de lo que opina
este autor si existen las dos Españas, aunque se potenciaron e
inventaron en buena medida por unos y otros y es este uno de nuestros
sinos que acompañaron siempre la amplia casuística de guerras que
jalonan nuestra historia, muy especialmente cuando eran internas y
tenemos un amplio muestrario de todas clases. Gaya Nuño decía que sólo
seremos quienes somos cuando desaparezcan las telarañas tejidas por las
dos Españas.
El referente de nuestra guerra es el "nunca más" y la
implantación de asumir la principal lección de aquella casuística: no
debe repetirse. Ese es el concepto que deben grabar los jóvenes que van
a formar la España de mañana.
Mi interés por el Maquis.
En el verano de 1947, pasaba las vacaciones escolares
en casa de mis abuelos, en Asturias, en una aldea llamada Casiellas, en
el Concejo de Luarca. Recuerdo que en el mes de septiembre la casa
sufrió un robo que por su naturaleza y volumen hizo sospechar a la
Guardia Civil que se había realizado por los maquis que actuaban en la
zona, `probablemente la partida de Pin de Dimas.
Se monto un dispositivo de vigilancia permanente que
duró unos días.
Naturalmente, con ocho años de edad que entonces
tenía, era rápidamente enviado a dormir, pese a que utilizaba todos los
trucos posibles para evitarlo. A la caída de la tarde, durante la cena,
se incorporaban los Guardias para montar la vigilancia Recuerdo la
excitación que producían los uniformes, el armamento, las insignias,
cueros y charoles. Todo mi interés era seguir en el piso bajo donde
estaba la Guardia Civil. Inútilmente.
La noche que refiero, bien entrada esta, me desperté.
Todo estaba en silencio. Sin llamar la atención, me deslicé hasta una
galería encristalada, naturalmente armado con una pistola detonadora
infantil y, despacio, me deslice a un copudo árbol que apoyaba sus ramas
en la casa; me acomode en una horquilla del árbol y esperé. No se cuanto
tiempo porque me quede nuevamente dormido, pero de repente se abrieron
todas las puertas de la casa y por ellas salieron Guardias Civiles con
potentes linternas cruzando y zigzagueando sus luces creando un
espectáculo formidable e impresionante. Se alejaron a la carrera,
cruzaron luego varios disparos y después se produjo un movimiento
inusitado, iluminándose el jardín y los alrededores de la casa. Me
escurrí al dormitorio y me hice el dormido cuando apareció mi madre a
comprobar como estaba. Al día siguiente recuerdo que alguien comentó que
habían herido a uno que había dejado un rastro de sangre.
Esta fue mi experiencia con los maquis y la Guardia
Civil, bien escasa, pero que me dejó una permanente curiosidad sobre el
tema que hizo que leyera y recogiera lo poco que fue publicándose al
respecto.
La experiencia que les he relatado, unido a mi
nacimiento asturiano y a que "ejerzo" como asturiano, hizo que, así
fuera recogiendo las noticias y referencias que se publicaban sobre las
guerrillas y el Maquis que actuó en mi región o autonomía.
Recientemente, la vida me hizo entrar en contacto con
un estudioso del tema: Rafael de Llano, excelente conocedor del maquis
de Teruel, con el que he tenido numerosas y apasionantes charlas. Estos
contactos aumentaron, si cabe mi curiosidad y estimularon y fomentaron
el estudio del tema. Por último el colaborar en un intento,
lamentablemente fallido, de localizar el cadáver de un miembro del
Maquis me ha traído hasta aquí.
El Maquis.
La palabra maquis , como todos sabemos, es una voz
francesa, derivada del corso macchia que significa terreno cubierto de
maleza. Se utilizó para designar las fuerzas de la resistencia francesa
(maquisrds) contra los alemanes durante la segunda guerra mundial. Por
extensión se utiliza para designar cualquier fuerza armada que lucha en
parecidas circunstancias. Persona que, huida a los montes, vive en
rebeldía y oposición armada el sistema político establecido.
Posteriormente el nombre se aplicó a los guerrilleros
antifranquistas que entraron en España para unirse a la resistencia
armada que funcionó desde el final de la Guerra Civil hasta los años
cincuenta Se aplica también a la organización de esta oposición.
El maquis en Asturias.
En efecto, a la entrada de las tropas nacionalistas
en Gijón, muchos combatiente del otro bando que no pudieron salir de
España, se echaron al monte, tratando de eludir la presión y posible
muerte y, en segundo lugar, al defenderse, mantener la guerra en lo
posible. Se trató de un grupo de unos dos mil hombres que actuaban según
su instinto, sin seguir directrices militares o políticas. Su
procedencia ideológica era múltiple; la mayoría eran militantes de la
CNT, del PSOE, del PCE o jóvenes independientes demócratas o
antifascistas.
Asentadas las tropas nacionales se estabilizó el
fenómeno de los llamados huidos. Se formaron dos grupos principales: Los
topos, personas que se esconden en lugares seguros, normalmente su
vivienda y los huidos formada por grupos que se refugian en los montes
en pequeños grupos. Los que quedaron en la montaña solo grupos muy
reducidos intentaron operaciones de tipo guerrillero. La mayoría de los
huidos vivían escondidos en los montes en condiciones muy penosas, en
ocasiones límite.
Las fuerzas militares y policiales batieron la
totalidad del territorio. Se detuvieron 1084 y murieron 209. A medidos
de 1938 disminuyó enormemente el número de huidos porque 15 tabores de
Regulares se utilizaron de modo escalonado para batirlos. Todavía pueden
contemplarse varios cementerios moros en Asturias donde quedaron
numerosos miembros de estas fuerzas. Pero, en general, el peso de la
lucha contra las guerrillas y contraguerrilla fue propia de la Guardia
Civil.
La guerrilla actuó, fundamentalmente en las zonas de
Cangas de Onís, sierra de Cuera y Picos de Europa, en el este; en las
cuencas mineras del Nalón y del Caudal, en el centro de Asturias y en la
región de Ibias y Cangas de Narcea, al oeste y estos grupos mantuvieron
contactos con los de Santander, León y Lugo.
Al término de la Guerra, los guerrilleros, que se
conocían generalmente como los "fugaos" o "huidos", bajaron del monte y
fueron depurados y solo persistieron en la lucha quienes no tuvieron más
remedio, porque eran buscados especialmente y algunos voluntarios que se
les unieron.
Durante el verano de 1939 comenzó a estructurarse la
auténtica guerrilla, distribuida en pequeños grupos de menos de seis
hombres, dispersos por todo el terreno.
Se sabe que en 1940, la guerrilla socialista trasladó
un grupo de hombres a la cuenta del Sil, por lo tanto debía haber un
grupo importante. En 1943 y 44, esta guerrilla se refuerza con hombres
procedentes de campos de concentración, batallones de trabajo y se
comienzan a organizar los comités locales y provinciales del PSOE y a
partir del año 44 comienzan a desarrollar, las organizaciones
guerrilleras, acciones de mayor envergadura.
En 1945, se incorporan, procedentes de Francia,
elementos del máquis francés, se constituye entonces lo que podría
denominarse con propiedad el maquis asturiano. Los comunistas, que hasta
le fecha habían colaborado con los grupos socialistas, alcanza
importancia suficiente y rompen esa colaboración, intentando acciones de
cierta envergadura durante el año siguiente y de entre ellos surgen las
figuras de José Pastrana y Baldomero Fernández Ladreda Ferla que fue el
organizador principal de la guerrilla comunista y creador del Comité de
Milicias Antifascistas. También procedentes de Francia entraron nuevos
elementos. Los años 1946 y 1947 fueron los de actividad más intensa.
Se organizan las contrapartidas y la campaña de
infiltrados en las guerrillas acompañadas por una intensa propaganda y
de represión contra los simpatizantes y enlaces por el gobierno.
La presión que se realiza contra ellos fue
asfixiante. La situación fue haciéndose insostenible, el Comité del
Monte se hace cargo de la Federación Socialista Asturiana y el Partido
socialista acuerda la evacuación de los grupos asturianos. El rescate
fue organizado por Indalecio Prieto desde Francia y embarcaron por
Luanco 31 guerrilleros con destino a Francia, embarque realizado bajo el
discreto control de la Guardia Civil y del Gobierno. Los grupos
comunistas quedaron así aislados en Asturias. En un informe del Partido
comunista en enero de 1948 se dice que más quebranta la moral de los
guerrilleros "es la falta de un organismo exterior o interior que
estimule y presta ayuda y dirección a la resistencia".
Algunas partidas continuaron resistiendo hasta 1952,
pero faltos de dirección y organización política, muchos grupos
evolucionaron hacia el bandolerismo, disolviéndose y desapareciendo por
acción de las fuerzas públicas o simplemente por lisis. La mayor parte
de los grupos políticos dieron la espalda a la lucha de los maquis e
incluso los trataron de frenar. Tal el caso de los anarquistas exilados
en Francia. Faltó también la teórica ayuda de los Países aliados que no
llegó nunca.
En el interior la gente estaba cansada de la guerra y
aunque pudieran ser simpatizantes ideológicos no simpatizaban con las
armas. La población campesina fue la víctima principal. El apoyo por
tanto solo se recibía a nivel familiar. El poder franquista estaba
asentado y controlaba el ejercito y las fuerzas de orden público, las
técnicas contraguerrillas funcionaron perfectamente. La mayoría de la
población española apoyaba a Franco. La represión contra las familias
contactos y simpatizantes atemorizaba a la población y hacía muy
precaria la posible ayuda. La Ley sobre delitos de bandidaje y
Terrorismo, la famosa ley de fugas legalizaba estos criterios
represivos.
La propaganda gubernamental trató sistemáticamente a
estos grupos de bandidos, ladrones, asesinos o forajidos, términos que
calaron en la población general y que muchos grupos no supieron eliminar
sino reiterar. La desestructuración de la izquierda, las pugnas y purgas
internas, el dirigismo del partido comunista, el recuerdo negativo sobre
el comportamiento del partido comunista durante la guerra las matanzas
sistemáticas que realizó no solo con simpatizantes de los alzados, sino
también contra anarquistas, poumistas e incluso socialistas, o por
motivos ideológicos o religiosos, contribuyeron en buena medida. Por
último Stalin no quiso que el partido comunista siguiese con esta
táctica, así que en octubre de 1948, el PSU decide dejar de fomentar las
guerrillas. La lucha quijotesca de unas minorías contra el poderoso no
fueron capaces de contrarrestar la acción represora, faltas de apoyo y
ayuda internacional, incluso de sus propios grupos.
En general el maquis fue un movimiento intensamente
antifranquista, pero carecía, en general de finalidades, objetivos o
ideologías democráticas ya que en si mismas eran autoritarios y
absolutistas.
Las primeras partidas organizadas se formaron en
1973. Acaso las más conocidas fueron las siguientes: La más antigua fue
la organizada por los hermanos Celestino, Celso y Jesús Cepedal
Fernández conocida como la partida de los Cepedales, procedentes del
batallón socialista de milicias "Silvino Morán". Su especialidad fue el
robo de ganado menor y los actos de presencia fueron esporádicos.En
diciembre de 1939 muere Celestino y toma el mando el llamado Etelvino.
Reaparece el grupo en 1941, es detenido Celso y Etelvino se fue a León,
tomando el mando Germán Alvarez (Comisario). Cambia su modo de actuar y
al cometer un homicidio en septiembre fuerojn acosados sin descanso por
las fuerzas públicas que matan a dos componentes: Cristian y Figueredo,
disolviéndose la partida.
El mismo año se organizó una partida por los hermanos
Mario y Guillermo Morán García a la que se unieron gen te de los
batallones de milicias "Sangre de Octubre" y "Ladreda"; Comenzaron sus
actividades en 1938. En su primer enfrentamiento con la Guardia Civil
muere "Pepón el de Campa", buscado por la muerte de un capitán de la
Guardia Civil en 1934, que se llamaba José Alonso Nart. Mataron a varios
jueces de paz y alcaldes de aldea y realizaron numerosos atracos a mano
armada. Las bajas fueron progresivas y el grupo se disolvió en 1941. Los
hermanos prosiguieron su actividad en Galicia hasta que fueron muertos
en 1949.
La partida de José Mata se creó también en 1937.
Estaba formada por diez y ocho socialistas y actuó hasta 1948 en que el
grupo abandonó Asturias; Otro grupo fue el de Arístides Llaneza, jefe de
un batallón de milicias durante la guerra, también se organizó en 1937.
Estaba formada por veinte hombres. Mantuvo contacto con Francia y aceptó
las instrucciones que venían de allí. Implantó un impuesto
revolucionario mediante cartas amenazadoras y ya con fondos se dedicó
cómodamente a la clandestinidad política. Acabaron su actividad saliendo
también de Asturias el año 1948.
Otra partida fue organizada por un antiguo ugetista:
Ceferino Campos Roiz (Machado),. El grupo se denominó Brigada Machado.
Colaboró con los grupos de Caxigal y Alegria. En 1940 cometetió cuatro
atracos, produjo muertes en Lamasón y tuvo dos enfrentamientos armados,
uno con la Guardia Civil y otro con tropas de Infantería, sufriendo
cuatro bajas. En 1941 se incorporó Juan Fernández Ayala, conocido como
Juanín, huido del campo de concentración de Potes que fue muy conocido;
en 1942 adopta la denominación de Brigada Guerrillera de los Picos de
Europa, encuadrada en una organización comunista con base de
Torrelavega. En 1945 muere Machado en enfrentamiento con la Guardia
Civil. Asume la dirección Antonio Guerrero que la divide en los
partidas: la de Gildo y la de Juanín que cambia el nombre que tenía por
Brigada guerrillera de los Valles de Llaneda. A partir de 1948 disminuye
su actividad y desde 1952, Juanin forma pareja con Francisco Berdoya y
se transforman en míticos bandoleros (ocho asesinatos y cuarenta
atracos). Murieron en enfrentamiento con la fuerza pública en 1957.
La partida de Baldomero Fernández Ladreda de
ideología comunista se organizó también en 1937 y actuó hasta 1947 en
que este guerrillero fue fusilado.
En 1942 tratan de coordinarse las distintas partidas.
A Llaneza de unen Fernández Ladreda (Ferla) y Tito que más tarde se
conocería como Garlopas. Ferla se alza como jefe de la subversión en
Asturias, Galicia, Santander y León donde contaba con el llamado El
Coyote y con el embajador ingles Hoare con quien se relacionaba medianta
través de un comerciante leonés. Cuando estaban organizándose se
incorporó Carlos Buendía, llamado Madriles, formado en Toulouse, que se
constituye en alto consejero militar. La acción de las fuerzas del
estado desmantelaron el sistema y en 1945 había desaparecido. Es
entonces cuando se hace cargo de la dirección el comité provincial del
PCE. A fines de 1945, Ferla, Caxigal y Bóger pide refuerzos a Toulouse
que son enviado por mar. El desembarco en Lastres se hizo con poca
fortuna y fueron detenidos o eliminados por la Guardia Civil. Una nueva
expedición de cuarenta hombres se envía por tierra. Movilizada la
Guardia Civil, abortó el intento con treinta y tres detenidos, cinco
muertos y un herido, un guardia Civil muerto y otro herido por el otro
lado. Solo pudo escapar el denominado "El Maquis".
El grupo de Constantino Zapico González (Boger),
teniente del ejército republicano y activo militante comunista, organizó
una partida reducida en 1937 que amplió con refuerzos franceses.
Sustituyó a Fernández Ladreda en la dirección del Comité Antifascista.
Murió en una emboscada en 1948.
José Fernández (Pin de Dimas) organizó su partida en
fecha que desconozco, fue detenido y condenado a muerte en Oviedo al
acabar la guerra y se evadió con otros compañeros. Capturado de nuevo en
1939 cuando trataba de huir a Francia fue condenado a treinta años y
nuevamente se evadió del batallón de trabajadores. Reapareció en 1947.
Careció de actividad política limitando su actividad a realizar
numerosos, atracos en Belmonte, Tineo, Luarca y Grado. En 1948 se
trasladó a la zona central y desapareció el grupo al abandonar Asturias
las guerrillas socialistas. En 1950 fue devuelto por las autoridades
francesas.
La partida de Manuel Fernández Flórez (Comandante
Florez) se formó en 1941 con doce hombres. Tuvo un enfrentamiento con la
Guardia Civil con resultado de muerte de un Guardia Civil y tres
guerrilleros, quedando inactiva. Fue evacuado también en 1948 con el
resto de las guerrillas, tras ser herido en un encuentro con la Guardia
Civil en que el grupo sufre doce bajas. En la misma fecha se organizó el
numerosos grupo de Serafín Fernández Ramón (Santeiro) que actuó en la
zona Asturias-León-Lugo, dedicado al atraco, mediante apariciones
súbitas en los caminos vecinales. Cometieron numeroso homicidios o
"ejecuciones". Por ejemplo, al atracar una camioneta y al comprobar que
entre los viajeros figuraban un guardia civil y tres soldados, los
"ajustició" fríamente. El año 1947 es herido y se le encuentra muerto en
León.
La partida de Lisardo actuó entre 1941 y 1942 (Tuvo
una importante actividad, contabilizándo catorce muertes entre la
población civil, varios secuestros, uno con muerte del secuestrado al no
pagar el rescate, atracos y atentados numerosos. Fue especialmente
conocida la muerte del estanquero de Soto, el atraco al coche de línea
de Cangas de Onís dando muerte a dos guardias civiles que se
incorporaban a su puesto y las lesiones producidas a tres ocupantes del
autobús para probar las armas), algunas veces en colaboración con la
partida de Caxigal, aunque discusiones sobre el mando les hizo
separarse. Muere violentamente en 1951.
La partida de Caxigal (Manuel Diez González)estaba
constituida por unos veinte hombres. Se le achaca la muerte de un Guarda
Jurado de Carbones Asturianos, donde acudió vestido de Guardia Civil. En
1943 es descubierta la partida así vestida, muriendo tres de ellos. Muy
activa en 1944, fue declinando debido a las bajas sucesivas que se le
produjeron. En 1950 muere con otros seis miembros del grupo. Dos
miembros del grupo: Rubio y Quintana escapan y pasan a otras partidas.
Corsino, Eduardo y Octavio Castiello Garcia formaron
otra partida denominada con su apellido en 1941. Se formó con los tres
hermanos y dos fugados de un campo de trabajo. Se les computa dos
homicidios en 1941. En 1948 una emboscada organizada por infiltrados
acabó con la partida. Finalmente cabe reseñar la partida del Alegría,
formada también en 1941, tras diversas actividades fue eliminada por la
Guardia Civil en 1944.
En la zona central se formó la partida de
"Sacatripas", autora de un homicidio en Nava, cercada inmediatamente por
la Guardia Civil fue eliminada tras una prolongada refriega.
Los datos estadísticos de que se dispone en general
no son fiables. Las estadísticas de Lister que había sido nombrado Jefe
militar del movimiento guerrillero por Stalin, comprenden los años 1944
a 49 pero ofrece cifras manipuladas en función de la propaganda
comunista y autojutificación marxista. No deben aceptarse, según Hills,
sin reservas, ni en general ni en detalle; Las estadísticas del coronel
Limia Pérez de los años 1945 a 52, son discutidas y las estadísticas
propias de la Guardia Civil, que se elaboraron bajo la dirección del
teniente coronel Eduardo Munilla, son parciales. Suelen aceptarse como
más precisas las que elaboró el general Sánchez Francisco Aguado del
periodo 1943 a 1952.
La estadística asturiana proporciona las cifras
siguientes, que siempre serán aproximadas:
Enfrentamientos: 128 lo que proporciona una media de una a 2 al mes.
Bajo rendimiento para tan numerosas partidas.
Muertos: 152 guerrilleros frente a 25 fuerzas del orden (16 Guardias
Civiles, 4 soldados, 2 policías del cuerpo general de policía y 2
Policía Armada).
Heridos: 27 guerrilleros y 34 gubernamentales (27 Guardias Civiles, 5
soldados y 2 Policía Armada).
Homicidios o "ejecuciones" entre la población civil: 148. Atracos: 305.
Sabotajes: 45. Secuestros: 21
Guerrilleros entregados: 13. Guerrilleros detenidos: 118 . Enlaces
detenidos: 715.
En la estadística nacional, los maquis de Asturias
ocuparon en primer lugar en cuanto a homicidios entre la población civil
y el segundo en sabotajes.
Los resultados y sus consecuencias fueron muy pobres
en lo político y en lo militar. Ciertamente los dos mil hombres que
quedaron en las guerrillas obligaron a movilizar varias unidades del
ejército vencedor, pero la falta de continuidad y de coordinación, no
originó una gran presión salvo casos puntuales. En los primeros grupos
el objetivo era la mera supervivencia, posteriormente se intentó dotar a
aquellos grupos de una finalidad política e ideológica y se les presentó
como románticos luchando por un ideal democrática, pero la perdida de
una estructura jerarquizada militar transformó aquellos grupos en
unidades descoordinadas que actuaban según su instinto. La falta de una
formación doctrinal adecuada, el enfrentamiento ideológico original, que
se mantuvo a lo largo de la campaña, la falta de ayuda exterior y la
escasa colaboración de los campesinos, que también se sentían amenazados
hizo que los distintos grupos evolucionaron desde una estructura básica
militar, a una terrorista, concluyendo en un bandolerismo de
subsistencia.
Los resultados y las consecuencias no fueron
particularmente brillantes.
Cuestiones médicolegales.
Las cuestiones medicolegales que se presentan en
relación con el maquis se refieren, fundamentalmente, a los que presenta
la búsqueda y el hallazgo de un cadáver o a las cuestiones que plantea
el diagnóstico retrospectivo de posible patología relativa a acciones de
guerra o consecuencia de encarcelamientos, trabajos forzados o posibles
torturas o malos tratos, valoración de posibles secuelas e incapacidades
bien a través de los relatos proporcionados por testigos, por el estudio
de los sumarios correspondientes o por el estudio de cadáveres
localizados e identificados debidamente inhumados tanto en cementerios
como en lugares determinados.
Dato importante es que transcurridos cincuenta o
sesenta añosdesde el enterramiento, no se plantean cuestiones de tipo
penal, que ya han prescrito y sí solamente las de carácter civil,
administrativo y sanitario que implica cualquier exhumación,
identificación y registro. También hay que considerar las cuestiones de
tipo histórico que originan al estar íntimamente vinculados a un período
de la historia de España que aún se está estudiando.
Con relación al estudio e informe pericial debemos
considerar que nos encontramos en pleno proceso de cambio, reajuste y
reorganización; la propia organización jurídica se encuentra en
entredicho y las transferencias en el área judicial acaban de
realizarse, están cristalizando y la controversia política no hace sino
acentuar la posible conflictividad y ambigüedad existente que crea un
evidente confusionismo.
Como es sabido, en todas las ramas del Derecho el
dictamen de los peritos constituye uno de los medios de prueba
fundamentales. Su importancia crece continuamente ante la necesidad de
aportar pruebas ciertas y objetivas a cada caso. Nuestras leyes
procesales y reglamentos regulan estas diligencias en lo que afecta
tanto al período sumarial como en lo relativo a la fase oraly, por
extensión a las investigaciones extrajudiciales que pueden presentarse.
Desgraciadamente, pese a las evidente
simplificaciones jurídicas que entraña el estudio de las víctimas de la
guerra, son motivo de numerosas críticas tanto con relación a las
desviaciones que tiene nuestro sistema, como a las nuevas que se han ido
generando, a pesar de las actualizaciones sucesivas. Hoy es
imprescindible que se incorporen los nuevos modos y medios
investigadores y que se potencien los aspectos científicos frente al
subjetivismo y relativismo de los procedimientos anteriores, que tampoco
la normativa complementaria ha sabido resolver, y que sólo el buen hacer
y la sentido común de las personas implicadas han sabido incorporar.
En primer lugar: el equipo pericial es quien realiza
la pericia. De propio intento introduzco el término "equipo" porque dada
la complejidad que hoy tiene el trabajo científico forense difícilmente
puede encontrarse un perito que sea capaz de abarcar con plena capacidad
el ámbito pericial médico. Sin embargo, nuestra normativa sigue
refiriéndose al perito como figura individual.
Para actuar como peritos, los actuantes deben poseer
el título correspondiente en la ciencia o arte a que pertenezca la
materia. Hay que tener en cuenta que, además de la ciencia, existe la
especialidad y la subespecialidad, sobre todo en el campo de la
medicina. Por su título los peritos pueden ser: titulares, no titulares
y judiciales.
Son peritos titulares los que tienen título oficial
de una ciencia o un arte cuyo ejercicio está reglamentado por la
Administración. La ley les da preferencia sobre los no titulares e
introduce una serie de matizaciones complementarias en busca de una
mayor competencia. Son peritos no titulares los que careciendo de título
oficial tienen, sin embargo, conocimientos o prácticas especiales en
alguna ciencia o arte. La norma establece una nueva distinción entre
doctores y no doctores.
Un tercer criterio se plantea con carácter
geográfico, cuando en el lugar no existan peritos adecuados.
Nuevos preceptos han desarrollado estas normas con
relación a muy diversas titulaciones. Archiveros, Bibliotecarios y
Anticuarios, Arqueólogos y Etnólogos, Arquitectos forenses, Economistas,
Profesores y Peritos mercantiles, etc. Sin embargo no se han
reglamentado las especialidades médicas y, dentro de ellas, la
especialidad de Medicina Legal y Forense cuyo contenido es
fundamentalmente pericial.
Debemos incluir también a los peritos judiciales que
no se referencian específicamente como tales, pero están contenidos en
la Ley de Enjuiciamiento. Comprenden numerosos funcionarios con misión
pericial, especialmente Médicos Forenses o el cuerpo de policía judicial
con misiones específicamente periciales y de investigación.
La Ley Orgánica del Poder Judicial considera también
la existencia de profesionales y expertos que sean precisos para
auxiliar a la Justicia.
El propio nombramiento y la elección de un perito
competente ofrece una cierta dificultad en si misma, pero en general y
concretamente en nuestro caso se presentan numerosas dificultades con
que se enfrenta el perito en el momento actual y que hacen que el
informe pericial sea poco valorado y rechazado o ignorado en más de la
mitad de los casos por los juzgadores y considerado por la sociedad en
general y por los medios de comunicación como parcial y ampliamente
criticable, dada su superficialidad general.
Si se trata de valorar y estudiar cadáveres y restos
humanos, normalmente esqueletizados, la pericia debe ser
fundamentalmente médica. La ambigüedad legislativa ha propiciado que en
España existan cinco ámbitos periciales médicos con personalidad propia:
El del Especialista en Medicina Legal y Forense, el del Médico Forense,
el del Profesorado universitario de Medicina Legal y Forense, el del
grupo pericial que se origina por los convenios entre la Administración
de Justicia y los Colegios de Médicos y el de la Medicina de familia y
sus especialidades que pueden ser requeridos para esta función. Todos
ellos constituyen actualmente grupos cerrados, inconexos y que se
rechazan mutuamente y que raramente colaboran en busca de un interés
final común que es la verdad pericial. En el caso que analizamos aún se
complica más porque se originan cuestiones y dudas, y se precisan
colaboraciones en el campo histórico, en el área geológica, en la
metodología arqueológica y en la valoración antropológica. Esta
ambigüedad facilita la incorporación de estudiosos y peritos que no son
médicos ni tienen formación medicolegal pero que con la mejor voluntad y
en su afán de colaborar, muchas veces distorsionan la investigación.
La existencia de un abundante campo pericial en
principio no sería defecto, sino virtud, si no fuera por la deficiente
formación existente en todos ellos. Teóricamente, los peritos deben
poseer una reconocida solvencia profesional y moral, solvencia que se
supone más que se exige en nuestro actual procedimiento. No se controla
el nivel de conocimientos y su puesta al día ni se estimula de ninguna
forma y las listas de peritos se confeccionan según criterios
oportunistas y subjetivos según los intereses de las partes o la
habilidad de estas para buscarlos y comprometerlos.
Y si la pericia se caracteriza en nuestra norma
porque el perito sea capaz de aportar conocimientos científicos o
artísticos, el perito debe conocer el método pericial; debe ser perito
además de científico y técnico.
La especialización está contemplada en nuestra
legislación desde el R.D. 185/85, de 23 de enero. El título de Médico
Especialista, es obligatorio, a tenor del art. 1 de todas las
disposiciones publicadas, para ocupar un puesto de trabajo en
instituciones públicas y privadas y faculta para la utilización del
título, garantiza una formación determinada y entraña una acreditación
laboral imprescindible para desarrollar su labor.
Las disposiciones vigentes definen posibles áreas de
capacitación especializada dentro de la Medicina Legal: Medicina Legal
tanatológica, Histopatología forense, Medicina Legal toxicológica,
Medicina Legal psiquiátrica, Medicina Legal criminalística y Medicina
Legal del daño corporal. La amplitud del campo que abarca la
especialidad, las características de sus distintas partes, las
peculiaridades que debe tener el médico que las ejerce y la complejidad
de las técnicas que deben manejarse hacen ya inviable la existencia de
un perito omnisciente que domine todos los campos de la Medicina
Pericial. Hoy, el considerable aumento cuantitativo y cualitativo que se
está presentando sobre restos óseos, sean judiciales y históricos,
justifican plenamente un buen conocimiento de la Antropología física o
biológica, tanto desde el punto de vista tanatológico como
criminalístico.
Una buena pericia médica en nuestro caso, requiere un
buen perito y en él deben concurrir las dos personalidades: la del
especialista en Medicina Legal y Forense y la del Antropólogo.
Según lo que llevamos expuesto, el médico general y
una buena parte de los peritos que concurren o son llamados a peritar
carecen de experiencia en las pruebas propias de la Antropología forense
y en los criterios periciales que la caracterizan. Los antropólogos
ignoran, habitualmente todo el caudal de conocimientos que aporta la
medicina y, concretamente la Medicina Forense. Por esta razón son muy
pocos los especialistas en Medicina Legal y Forense o los Antropólogos
que están capacitados para realizar la pericia sobre un cadáver
esqueletizado al nivel de exigencia que se presenta.
La prensa ha recogido varios de estos trabajos de
recuperación, incluso algunos de ellos han tenido repercusión gráfica y
se han visto en televisión. Son trabajos heterogéneos realizados por
profesionales diversos con colaboraciones sorprendentes. No podemos
alargarnos más, sin embargo no me resisto a plantear la serie de
problemas que origina la búsqueda, extracción y trabajos de
identificación que implican, todos ellos concadenados. Nada se puede
conseguir si la búsqueda es insuficiente y escasamente documentada; poco
se consigue tras una extracción atropellada y asistemática y los
trabajos de laboratorio ofrecen escaso rendimiento si el traslado y
conservación es deficiente y si el utillaje y entrenamiento de los
investigadores no es adecuado.
Por esto cada vez se hace preciso y con urgencia la
organización de equipos homologados, capacitados con una oferta adecuada
para ponerlos a disposición de las asociaciones, organizaciones y
personas interesadas en estos trabajos. Yo mismo, como presidente de una
potente asociación de carácter médico, antropológico e historico me
ofrezco para que, desde la sociedad se oferten, con toda garantía los
equipos posibles, independientes, competentes y con un rendimiento
adecuado.
Muchas gracias.
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