Polémica [POLEMIK] 

LA MEMORIA DIVIDIDA.

Pedro Peinado.


Ponencia presentada, en las VI Jornadas El Maquis en Santa Cruz de Moya. Crónica Rural de la Guerrrilla Española. memoria Histórica Viva. 1 de octubre de 2005. Pedro Peinado. Presidente de La Gavilla Verde.

Lo que más sorprende de esta polémica absurda, convenientemente planificada y alimentada por personas que no son guerrilleros y que han empujado a una buena parte de los guerrilleros a una nueva batalla perdida, es el poco respeto al presente y al pasado.

El primer objetivo de los que han sembrado el enfrentamiento, ha sido blindar sus difamaciones para convertirlas, por reiteración, en verdades incuestionables. El lector que pudiera interesarse por esos escritos, podrá observar que las argumentaciones son, principalmente, de carácter moralista y de una certeza, que va más allá de la propia certeza humana.

Verosimilitud sería el concepto que mejor definiría a esa factoría de despropósitos empeñada en hacer aparecer lo que no existe, como una tremenda y agónica verdad. No se ha atendido a la verdad histórica y documentada sobre la proclamación del Día del Guerrillero Español, sobre la construcción del Monumento y el papel desempeñado por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya en estos largos años.

No han dudado en deslegitimar al contrario, criminalizándonos, desposeyéndonos de nuestra relación inmediata con el pasado, de nuestro oportunismo y ambición sobre el presente y nuestra vileza en el trato a los guerrilleros.

El segundo objetivo de esta trama, perseguía vincular a diversos ámbitos de la recuperación de la memoria reclamando, que la memoria, "es la memoria de los nuestros" y, por la tanto, no puede pertenecer a los movimientos sociales que dan vida a una tierra que se nos muere. La memoria pertenece a un grupo que considera que lo político está por encima de cualquier análisis histórico. La memoria guerrillera pertenecería a los que se reclaman sus herederos políticos y no a otros sectores sociales o territoriales unidos a aquel tiempo por el cordón umbilical de la historia. La memoria antifranquista no pertenecería a todos los pueblos de España, según esta doctrina.

Los que han lanzado un ataque pretendidamente demoledor contra La Gavilla Verde, se han encontrado con una respuesta social, cultural y política importante, con un apoyo tímido por parte de las entidades políticas donde esperaban obtener más soportes y, solo, amparados por las actitudes dubitativas de algún dirigente del movimiento, esperanzados y creyentes que, de este descosido, podrán sacar beneficio.

Ante la falta de respuesta prevista, han tomado el camino del "nosotros solos" o "nosotros somos los auténticos" y el 23-O realizarán un homenaje sin contar con el pueblo. Este era el último objetivo, una vez obtenido un número de apoyos suficientes entre la exigua y maltratada comunidad de guerrilleros, convocar su propio homenaje. Nunca hubo ejemplo más gráfico de la teoría de Juan Palomo.

Con animadversión, han querido desdibujar nuestro firme paso en pos de la memoria rural, de toda la memoria rural, incluida la antifranquista y, por ser tan próxima, a la que más énfasis hemos dado. Nadie debería torpedear un trabajo intenso, generoso y transparente realizado en uno de los territorios más duros de la península y por una asociación compuesta por trabajadores.

Los que hablan en contra nuestra son "los que están detrás" y han conseguido la representación de trece guerrilleros que adhieren su nombre a los escritos que les presentan. "Los que están detrás" les organizan y les sugieren con aspereza que somos chusma aprovechada que quiere hacer de su legado trizas. Y que lo mejor sería que cada primer domingo de octubre actuáramos como mimos sonrientes y les rindiéramos a "los que están detrás" el micrófono para que brindaran al sol y vendieran su carisma en nuestro pueblo y a costa de nuestro trabajo.

Si seguimos el guión psicológico que desde la inteligente Francia nos regala una miembro de la JD de AGE, nos preguntamos ¿no estarán estos líderes de los guerrilleros, que no son guerrilleros, involucrados en el mecanismo freudiano de la regresión? Así podríamos explicarnos el por qué de todas las cosas: La división tradicional cancerígena de lo que suponemos que es la izquierda o el pensamiento de la izquierda adscrito a la visión autoritaria del mundo. Esa visión autoritaria es la que pretende que el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya revoque un acuerdo en pleno al que califican de antidemocrático.

La realidad.

Todos los escritos contrarios a nuestro trabajo, están impregnados de errores históricos que la distancia no puede perdonar, de afirmaciones no probadas, cuando no de vanas suposiciones y contundencias morales, que siempre vienen a incriminarnos y a tratarnos como indeseables.

La primera carta contra el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya y La Gavilla Verde, la que motiva la polémica, recibe el apoyo de dos guerrilleros de la Asociación de Exguerrilleros del País Valenciano (AGLA) y de dos guerrilleros de Archivo Guerra y Exilio, y no existe físicamente.

La carta aparece sin firmar en la red. En la página de Espai Alternatiu, luego en Kaos en la Red y en la web del Foro por la Memoria. El traumático llamamiento de la carta, hace que ésta se expanda en diversos sitios. La carta es interactiva, así el lector rápidamente puede introducir sus datos y, automáticamente, a la orden de enviar, llega al buzón del correo electrónico de un ayuntamiento de la olvidada provincia de Cuenca. Colapsan el único ordenador de un ayuntamiento de una pequeña población de menos de cuatrocientos habitantes y con muy poca destreza telemática.

La carta ha recibido el apoyo de la mayoría de los guerrilleros de AGE, en un segundo escrito, y de alguno de la Asociación de exguerrilleros del País Valenciano, pero no ha sido votada en asamblea ni por organismo colegiado alguno y no ha recibido el apoyo unánime de todos los guerrilleros que de las citadas asociaciones forman parte. Podemos aceptar, entonces, que la carta la firman cuatro personas, pero estas no pueden asumir toda la representación del colectivo.

Es el caso de dos guerrilleros incluidos en la relación de socios de AGE que firman el comunicado. Nunca dieron su autorización a la firma de documento alguno contra la Gavilla Verde o el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya, sin embargo, aparecen, en el comunicado enviado por Dolores Cabra en la segunda carta firmada contra el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya. Los socios guerrilleros de la Asociación de Exguerrilleros del País Valenciano, Eulalio Barroso, Pedro Alcorisa Peinado, de José Manuel Montorio no se han sumado a esta campaña. Ni tampoco lo han hecho los guerrilleros Manuel Pérez Cubero, Gonzalo Challado, Fernando Escrivá y Joan Magraner. No lo han hecho Domènech Serra, el primer precursor de la elevación de un monumento de homenaje, Lluis Martí Bielsa, Carme Casas y Lenadre Saun de Amical de Catalunya, ni tampoco José Alonso, ni Francisco Ros, ni Ángel Álvarez.

La realidad es que una serie de guerrilleros han dado apoyo a la estrategia diseñada por los dirigentes de esas asociaciones, que no son guerrilleros.

La realidad es que estos dirigentes no guerrilleros han levantado una polémica interesada, no, para defender el protagonismo de los guerrilleros, sino para defender el suyo propio.

La realidad es que nunca se pretendió desde La Gavilla Verde ni por parte del ayuntamiento excluir a los guerrilleros del acto de homenaje, ni de su organización, pues nosotros siempre los respetamos.

Hablamos de memoria.

Los detractores de La Gavilla Verde incumplen un precepto que todos los que nos ocupamos de la memoria histórica debemos cuanto menos respetar, es que hablamos de historia y debemos acogernos a los métodos que utiliza la ciencia histórica para sustentar nuestras consideraciones sobre el pasado. Mas, cuando quiere desmerecerse a una asociación y a un ayuntamiento que han hecho en España un trabajo por recuperar y divulgar la memoria de la guerrilla que debería ser objeto de admiración y no de controversia. Son estos dirigentes no guerrilleros los que convierten la memoria en un esperpento.

Uno puede añadirse a la carta y nuestro respeto, pero, desde el punto de vista histórico, la carta evita la realidad y a los documentos publicados en nuestra página web me remito. No ha existido ni una sola contestación documental para probar que el Monumento cayó del cielo y que una determinada asociación ha adquirido, por no sé sabe que designios, unos derechos por encima de las demás.

No existía la Asociación de Exguerrilleros del País Valenciano ni mucho menos AGE cuando se proclama el Día del Guerrillero Español, es por ello que desconocen su nombre y en los escritos que escriben "los que están detrás" se incluyen errores de peso, pues sus fuentes no estaban presentes en aquel proceso.

Es decir, los últimos en llegar, que son los dirigentes no guerrilleros de las asociaciones aludidas, son los que nos están explicando a los que siempre estuvimos, cuál es la naturaleza y desarrollo de una organización en la que participamos, como pueblo, desde el año 1989, prometa quién prometa lo contrario.

Se presume que La Gavilla Verde ignora, nos pintan como una serie de usurpadores culturales, academicistas y lúdicos, como si alguno de estos conceptos fueran un delito. Consideran que ni sabemos, ni entendemos, ni podemos tener la sensibilidad necesaria para organizar el acto de homenaje. Como, si todo el día, anduviéramos con un tallo de margarita paseándola entre nuestros labios.

Entre nuestros socios, contamos con los hijos, los nietos, los hermanos, los sobrinos, los amigos que fueron despedazados por la dictadura y sus supervivientes. Pero se ceban en que practicamos el desarrollo rural y sostenible, y vuelven a demostrar que su mayor fuerza es la ignorancia, pues no dominan conceptos tan precisos: Desarrollo de una zona muerta, rural, por la defensa de los valores de la cultura rural agonizante, y sostenible, porque cualquier actuación deberá tener en cuenta la globalidad del territorio para no diezmarlo.

Se presume, que los miembros de La Gavilla Verde no tenemos más que una pájara y colorida idea sobre la dictadura, cuando, nuestros socios, en diferentes etapas, se enfrentaron al franquismo. Unos desde su implantación, como los guerrilleros Manuel Pérez Cubero, Pedro Alcorisa Peinado, Eulalio Barroso, como nuestros vecinos Raúl Sánchez, como Teófilo Sánchez, como Ramoné Pérez, Paulino López,… tantos socios nuestros demostraron su valentía. Otros, ya lo hicieron en la medianía y, los últimos, en el crepúsculo franquista.

Se presume que, en Santa Cruz de Moya, solo pasó lo del Cerro Moreno, es decir, la guerrilla vino a nuestro pueblo y acamparon en el monte, sin apenas relacionarse con los pastores, con los campesinos, con los carboneros, los renteros,…

Los guerrilleros, Grande, Chaval, Delicado, Capitán, Nelson, Frasquito, entre muchos otros, pasaron por nuestro término sin tocar en una puerta, sin llevarse un cordero, sin que ninguno de los pobladores les pudiera mostrar su solidaridad. Sin que ninguno de nuestros vecinos sintiera el terror ante la presencia de los guardias, del somaten o de la contrapartida.

Por no escribirlo de mi mano, tomaré una cita del historiador Salvador Fernández Cava, de un artículo recién publicado en el diario Levante, sobre los guerrilleros nacidos en nuestro pueblo:

Hasta siete jóvenes de su vecindario decidieron sumarse a la causa del monte y combatir como uno más contra la feroz dictadura: MANOLETE, FRANCISCO, MATÍAS, ARTURO, SIMÓN, FRASQUITO y GENARO. No fue nada dichosa su suerte, ni entre sus compañeros ni contra las fuerzas represivas. MANOLETE y ARTURO fallecerían en sendos combates contra la Guardia Civil; GENARO se suicidaría en el propio campamento del Estado Mayor de la Agrupación; a FRASQUITO, jefe de grupo en el 11º Sector, uno de los responsables militares llegados de Francia, ANTONIO EL CATALÁN, le pegaría un tiro en el campamento de Calles en la época estalinista de finales de 1950; y SIMÓN, FRANCISCO y MATÍAS sobrellevarían el exilio tras la orden de retira de la Agrupación.

No se tienen en cuenta los efectos colaterales que cualquier guerra deja entre la población civil. Entonces debemos pensar que se despoblaron los rentos por el efecto de la emigración y los guardias civiles que vigilaban el éxodo fueron enviados en misión humanitaria para llevar las maletas de las más de doscientas personas que fueron desplazadas forzosamente para evitar su colaboración con la guerrilla, en nuestro término.

Los daños ocasionados a la población campesina con la detención, encarcelamiento y desaparición de sus miembros, son pura leyenda.

Los muertos por tiros de fuga, los muertos en combate, los torturados y encarcelados que nacieron en Santa Cruz de Moya, su sangre, sus gritos de dolor en las estancias que la represión utilizó, no les valen.

Ellos vendrán de Valencia, de Madrid, de Barcelona, de Francia a explicarnos que los guerrilleros y sus puntos de apoyo murieron en un acto político, porque como vamos con boina, chalequillo y bastón, somos unos pueblerinos absurdos e históricamente analfabetos, no comprendemos que lo que vimos, lo que oímos y lo que vivimos, fue consecuencia de la guerra desatada contra la II República.

La deslegitimación.

La estrategia contra Santa Cruz de Moya ha sido bien diseñada, pero levantar un edificio argumental sin tener legitimidad histórica, está condenado al hundimiento o al derribo ético.

Se pone en marcha el mecanismo de deslegitimación de nuestro proyecto, desde el primer día de su inicio, desde el año 2000 se está obstaculizando nuestro trabajo.

Se identifica a la población rural con los peores sentimientos. Así lo oportuno se convierte en oportunista y el respeto por los que cayeron, es calificado de baja intensidad política.

Nuestra misión, para estas personas, es la de amarillear la memoria. Y no importa que ayudemos a las familias de los desaparecidos y los represaliados, que llevemos seis convocatorias de jornadas, que realicemos marchas educativas sobre la guerrilla, convoquemos certámenes literarios, atención, sobre la II República, la Guerra Civil y la Resistencia.

Nos critican por pedir subvenciones, por ambicionar que la utopía esté a un paso y que podemos hacer de nuestra tierra un lugar donde haya humanidad, la suficiente para seguir siendo sostenibles.

Los pueblerinos absurdos queremos hacer de esto un negocio, un Benidorm en la Serranía, un Hotel Maquis donde serviríamos platos típicos de la guerrilla y venderíamos postalitas y souvenires tricolormente pintados. Y para redondearlo, un Parque Temático y unas urbanizaciones escarpadas para que los que vivan en la ciudad, atraganten la Sierra.

¿Cómo iba a mirar a Adolfo Pastor, si celebrara la muerte de su padre con festines tricolores y alcoholismo revolucionario? ¿Qué me dirían los torturados? ¿Acudiría entre sueños el espíritu de Amparo Muñoz y oiría entre sollozos como le introducían hierro donde nada más debería penetrar el amor? ¿Sentiría por cada euro ingresado las descargas que, hasta matarlo, recibió Crescencio en el negro cuartel de Arrancapinos? ¿Quieren que les expliquemos como torturaron a los más de cincuenta vecinos de este vil pueblo que fueron detenidos en la caída del 1947 y posteriores? Tristes y trágicos méritos son los nuestros, pero a ellos nos les importa.

Ignoran voluntariamente por acción y omisión, y, además, no pueden comprender que el monumento está aquí por nuestro empeño, porque en Santa Cruz de Moya está el verdadero espíritu de la guerrilla antifranquista, el campesinado que pagó con sangre su adhesión a los guerrilleros, los serranos que se integraron en la guerrilla y el territorio que hizo posible su existencia.

Lo sencillo es unir la palabra cacique a un alcalde de pueblo y todos se lanzan a lastimarle desde un ordenador. Utilizan a un número determinado de guerrilleros, son el escudo protector mientras se mantienen en el anonimato los verdaderos protagonistas, que no son guerrilleros.

Esta orquestación desafina al no tener en cuenta a los guerrilleros, superior en su número, que dan apoyo a la decisión del Ayuntamiento, es más, la pidieron durante años ante la subida de personal que quiere cambiar el verdadero significado del monumento, aquel que unía a las organizaciones de exguerrilleros, cuando en éstas mandaban los guerrilleros, a las instituciones democráticas, que los guerrilleros querían presentes para obtener las reivindicaciones sociales y el reconocimiento de estas instituciones que, sin llegar a ser lo que muchos queremos, son las instituciones por las que ellos lucharon, y el pueblo llano, los habitantes del mundo rural que batallaron desde sus casas, cuando no fueron desposeídos de ellas, y sufrieron el mayor peso de la represión.

Pero usurpamos y somos oportunistas, cuando aquí no hemos realizado ningún show, sino un trabajo serio y responsable acorde con el drama que para la España rural significaron aquellos años. Aquellos muertos a los que se elevó el monumento, son los nuestros, por ser de todos, pero nunca serán de cualquier ente urbano que venga a edificar en nuestra memoria la división.

Empecinados en abrir la caja de los disparates, nos relacionan con Bono, con el que no compartimos su visión de la recuperación de la memoria, "como estamos en las tierras de Bono". Hay que decir que el ministro de defensa es de Albacete. Como ancha es Castilla, nos abonan, es un chiste fácil de la tierra. Si hiciéramos la misma traslación a los creadores del cerco al que se nos está sometiendo y, como mayoritariamente las quejas vienen de Madrid y Valencia, es decir de tierras de Gallardón y Camps, podríamos afirmar los que nos atacan son del PP, y tan panchos. Practican una lógica tan intensa y fugaz que dura lo que una cerilla antes de quemarte los dedos.

Eso sí, los guerrilleros que nos dan su apoyo son tildados de mala manera: chivatos, vendidos y traidores. Lean los escritos publicados para la ocasión por los guerrilleros Manuel Pérez Cubero, Carme Casas y Leandre Saun, Ángel Álvarez, José Antonio Alonso, La Llave, Miguel Núñez, Domenech Serra, Lluis Martí Bielsa y tantos otros… no caen en la descalificación, argumentan su apoyo a nuestro empeño, que es el de la mayoría.

De no haber representado tantas voluntades, no hubiéramos dado el paso de frenar el aprovechamiento personalista en el que quieren convertir el acto de homenaje al guerrillero ¿Cómo íbamos a luchar, figuradamente, contra cuatro o cinco autocares que nos enviaran? Con ese número de autocares rebasarían el número de los que viven en Santa Cruz de Moya. Lo canta Raimon: "som més dels que ells pensen i diuen".

Mundo Rural frente a mundo urbano.

Desde el año 2000, con la inauguración de las I Jornadas organizadas por La Gavilla Verde en Santa Cruz de Moya, han pasado muchas cosas. La principal ha sido que una serie de grupos que empezaban a trabajar desde el medio rural por la recuperación de la memoria y otros tantos interesados en la temática, centraron su atención en lo que ocurría en uno de los pueblos fronterizos de Cuenca. Muy pocos conocían que en Santa Cruz de Moya se celebraba el homenaje anual a los guerrilleros. Nosotros organizamos las jornadas porque el acto agonizaba, aquí venían apenas doscientas personas. El crecimiento de la asistencia a los actos ha sido obra de muchos colectivos, pero nadie puede disimular que ha sido el trabajo realizado por La Gavilla Verde el principal motor y aliento.

Colaboramos con grupos rurales y urbanos, especialmente con La Comarcal del Jerte y con , pero no podemos olvidar otros puntos de España: Azuara, L'Ainsa, Berga, L'Hospitalet, Barcelona, València, Castelló, Teruel, Cuenca, Madrid, Mislata, Picassent, Manises, Puçol, esperamos que se incorporen nuevos grupos de Sevilla, de Córdoba, de Ciudad Real, de Navarra, etc. Y también en Francia, a través del hermanamiento con el pueblo de Prayols, depositario como el nuestro del monumento nacional a los guerrilleros. Son lugares donde nacen otras gavillas de diferentes nombres, de diferentes colores, de diferentes idiomas, pero con similares aportaciones por mejorar la vida cotidiana de todos, los nuestros y los suyos. Todos formamos parte de una red que se ha puesto a funcionar para defender lo que es lo más razonable, que se arreglen los problemas aportando soluciones y no abonando la ruptura, como es el caso.

Hay una visión racista en todo este tema, es la de no querer reconocer que los del pueblo, los del monte, en definitiva, podemos tener respeto por las cosas que les pasaron a nuestros mayores.

Se dice en un escrito en nuestra contra que los guerrilleros vinieron aquí en 1999. Los guerrilleros llegan en 1945 a Santa Cruz de Moya. Establecen su primer campamento entre la frontera de Valencia con Cuenca. Los reporteros de Fragua Social lo bautizaron como Nido de Águilas. Se abastecerán durante año y medio de las Casas de Alcorisa, de las Casas del Marqués, de Bercolón y de Higueruelas. Toman contacto con la población, inmediatamente. Vienen preguntando por Manuel Martínez Antón, miembro del PCE, que sería el jefe de una red de más de cien personas ¿Cómo van a llegar en 1999?.

En 1987 vienen los amigos de AMICAL de Catalunya, los verdaderos precursores y organizadores del movimiento asociativo de los guerrilleros en los años ochenta y de la proclamación del día del guerrillero y del monumento nacional al guerrillero español. A ellos se unió Raquel Pelayo, creando la AMICAL de Madrid y, poco más tarde, Juan Fernández Antón y Teodoro Peleguer, que gestaron la creación de la Asociación de exGuerrilleros del País Valenciano (AGLA).

¿Por qué no aparecen en vuestros papeles los compañeros de AMICAL? ¿Por qué no les enviasteis la carta? ¿Y a los guerrilleros sin filiación asociativa? Sabéis que esos guerrilleros son igualmente guerrilleros, pero también sabéis que están hartos que algunas personalidades de este pequeño mundo hablen en su nombre y reconocen en La Gavilla Verde y en el Ayuntamiento de Santa Cruz de Moya su referente, agradecen el esfuerzo por haber creado un lugar de encuentro sin antiparras ni complejos, donde lo único que interesa es el recuerdo emotivo para los que cayeron, el reconocimiento, en todos los niveles, para los que sobrevivieron, y se organiza en el territorio donde pasaron las cosas y por las gentes que las padecieron, no pasaron y no las padecieron, aunque mayormente se decidieran, en los pasillos de Paris, en los despachos del Forum ni en las oficinas de AGE. Pasaron y se padecieron, en nuestra pobre, humilde y bella tierra. Y fueron los nuestros los que las padecieron.

La llegada de los guerrilleros asociados en AGE, a Santa Cruz de Moya, se produce en 1999, según cita en un escrito una miembro de su JD, diez años más tarde de la proclamación del Día del Guerrillero Español. Se pretende, "los que están detrás", que los guerrilleros de AGE y dos guerrilleros, a los que hemos querido como a nadie, de la Asociación de Exguerrilleros del País Valenciano, organicen un acto en sí complicado.

¿No es un misterio todo esto? Los trece guerrilleros no podrán organizarlo todo, habrán de acompañarse de otros que colaboren ¿qué necesidad hay para que los colaboradores sean externos a Santa Cruz de Moya, cuando pueden encontrar toda la cooperación de un Ayuntamiento y de una asociación que han demostrado su capacidad durante años? ¿No será que los colaboradores externos, son también consejeros y medran y escriben cartas y se enaltecen de ser ellos mismos y acaban confundiéndose con los guerrilleros por el mecanismo de la autolegitimación? ¿No será que el problema es que alguien quiere elevarse como amo del solar y negociar no se sabe qué ante las instituciones que a su vez rechaza que estén presentes en el acto de homenaje al guerrillero? ¿Por qué esa obsesión para impedir los representantes institucionales conozcan el trabajo que se desarrolla en Santa Cruz de Moya? ¿Por qué los representantes institucionales si son aceptados, toman la palabra y sufragan los actos que ellos organizan y no pasa nada? ¿Por qué les irrita que presentemos solicitudes a las administraciones para subvencionar nuestros actos y ellos pueden hacerlo y lo hacen?.

Hay un verdadero ejercicio de desmemoria por parte de los que nos critican y se han radicalizado las posturas por personal de pequeños espacios ideológicos urbanos que, en vez de tejer, en vez de unir, han solicitado a un ayuntamiento democrático, depositario del monumento por decisión de los guerrilleros desde el día de su inauguración, que no organice lo que lleva años organizando y que revoque un acuerdo en pleno que obliga a que el acto siga realizándose en el futuro.

No han querido negociar, no han querido aceptarnos ante una mesa más que para cargarnos de trabajo y mandarnos callar. No somos nada y nada de lo que podamos decir tiene valor.

Los contrarios a nuestra organización, afirman que los que llevamos aquí toda la vida, queremos cambiar lo que hemos hecho siempre igual, procurar que las cosas salgan de la mejor manera posible y evitar las exclusiones. La imposición de las exclusiones, son las que les han llevado a autoexcluirse. En este monte caben todos, repite nuestro denostado alcalde y nuestros humildes recursos han estado a disposición de la organización y buen desarrollo del acto.

Quieren que determinadas personas que han estado boicoteando nuestras actividades en Santa Cruz de Moya y en el Jerte, vengan aquí y luzcan, bajo una falsa apariencia de acto político, un montón de lugares comunes, una explotación sentimental de los hechos sin llegar a la visión crítica y social que nos pone ante una realidad enorme: La guerrilla se mantiene con pueblos como el de Santa Cruz de Moya, la guerrilla se nutre en todos los sentidos de las gentes de las comarcas serranas de España, pero, desde la capital, nos vienen a contar que les debemos montar el escenario, traer a la gente, alojarla, alimentarla, para que vengan los que nos insultan desde el año 2000 y nos den una lección de lo que menos saben y dos galletas.

Empujan a los guerrilleros contra la gente que más les ayudó en su momento y en todos los momentos de su historia y su historia es la nuestra.

Han realizado una contra convocatoria firmada por trece personas a las que respetamos. Se dicen cosas que me parecen demasiado artificiosas, un tanto increíbles, ya no son edades para acometer tanta tarea, deberíamos preocuparnos por su salud, porque vivieran plácidamente sus años y se les reconociera con justicia su entrega y acabar con la letanía.

Nos invade una profunda tristeza, pero no se engañe nadie, para vencer, nada más hace falta abrazarse a la razón, no ahogarla, como pretenden los que han lanzado una campaña de promoción personal abusando del cariño y la confianza que en ellos han depositado esos trece guerrilleros.

Convocan el día 23-O. Afirman que lo que sucede es que se ha cambiado el día del homenaje, no admiten que lo han roto y no son conscientes que solo se han quedado con un retal, esto no da para mucho. Si esto diera dinero, les aseguro que con los años que llevamos, puede que formáramos parte de la clase media, pero seguimos con el tractorcillo, con los desvelos de una cooperativa y subidos a un andamio de ilusiones que nunca llegan.

Será el homenaje de la exclusión y los protagonismos vacuos. El homenaje contra el pueblo de Santa Cruz de Moya en su propio término, en el propio lugar que cedió para que se ubicara y fomentara el encuentro de todos los que querían honrar a los guerrilleros antifranquistas.

Habrá que recordar a todos que el motivo del monumento es: en la memoria de los guerrilleros españoles muertos en la lucha por la paz, la libertad y la democracia al lado de todos los PUEBLOS del mundo. Y le dan la espalda al más cercano, el que se prestó a ser su santuario en los cuarenta, en los cincuenta, en los ochenta, los noventa y quisiéramos, que por los siglos de los siglos.

El día 2 de octubre de 2005 tendrá lugar el XVII Día del Guerrillero Español- Homenaje a la Guerrilla Antifranquista. Organizado por el pueblo, por los guerrilleros, los puntos de apoyo, los familiares de estos y de los desaparecidos y de todos los que quieran arrimar el hombro.

El auténtico día para asistir en nuestro pueblo para honrar a los que lucharon por la libertad, con la fe puesta en el futuro que, entre todos, haremos mejor sin griteríos ni aspavientos.

Resistiremos.

Pedro Peinado Gil
Presidente de La Gavilla Verde.