ERMITA DEL ESPÍRITU SANTO 

Esta situada a unos dos kilómetros del pueblo en el paraje del “Valle”. Probablemente contemporánea de la iglesia de del pueblo, de escasas dimensiones, parecida a una pequeña capilla, su construcción de una nave central sin vestigios de sillería, con la cubierta del techo de madera. A lo largo del tiempo ha sufrido reformas y modificaciones, que dan el aspecto actual.

Es una ermita típica de romería, se celebra el lunes de Pentecostés y tiene un gran arraigo popular.

Constaba de un gran retablo el motivo central era la llegada del Espíritu Santo las demás tablas son escenas del Nuevo Testamento, posiblemente de algún autor valenciano del siglo XVI, son talla de madera policromadas y actualmente se encuentran en el museo diocesano de Cuenca.

Durante la Guerra Civil, pero, posiblemente, en el tránsito a la República cuando los exaltados tomaron iglesias y demás desmanes, se libraron de la hoguera por la intervención de un vecino, posteriormente fueron colocados en la ermita de nuevo, para que con la llegada de un cura este se da cuenta del valor artístico que tienen y los manda a Cuenca con la excusa de restaurarlos, diciendo que una vez restaurados volverían a su lugar de origen, este término del acuerdo aún no se ha cumplido ya que ahora exigen unas condiciones de seguridad par volver a traerlos que son muy difíciles de cumplir por el elevado coste económico. El lunes de Pentecostés se baja de Cuenca una tabla del retablo para la fiesta en la ermita.

El tema del retablo del Espíritu Santo es un tema que genera bastante polémica ya que existe una sensación de engaño y perdida generalizada en la mayor parte de la población del pueblo.